martes, 13 de octubre de 2009

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 3

Tal y como ya sospechaban, la información que les sonsacaron a los bandidos era falsa. Perdieron varias horas guiándose por las falsas indicaciones recorriendo y comprobando un gran número de cuevas y otros posibles escondites que se encontraron en su camino. Kiba estaba preocupado, ya que sabía que los demás bandidos empezarían a sospechar de un ataque al ver que sus compañeros no volvían. Tenían que encontrar la guarida rápido y detener a tantos como pudiesen, pero no había ninguna garantía de conseguirlo.

El sol ya estaba descendiendo y la noche pronto tomaría el cielo, pero seguían sin encontrar ninguna pista. El olfato de Kiba tampoco servía, porque los bandidos habían camuflado muy bien su olor usando plantas del entorno. En ese aspecto eran muy hábiles, seguramente para evitar enfrentamientos directos contra los ninjas, ante los cuales estarían en desventaja; pero aún así no tenían garantías de que el resto de los bandidos fuesen tan débiles en la lucha como los que habían capturado antes. Finalmente, Kiba se resigno y dejó de preocuparse por esos detalles, ya que de poco importaban si los bandidos escapaban antes de su llegada. Pasaron otras dos horas, y ahora la luna iluminaba el despejado cielo nocturno. Los ninjas seguían sin obtener resultados y Kiba decidió que debían acampar para que sus alumnos recuperasen fuerzas; y mientras tanto él y Akamaru continuarían revisando el bosque. Los genin se turnaron para vigilar mientras echaban una siesta nocturna, y el primer turno sería para Hibiki. Durante media hora no pasó nada, pero finalmente algo perturbó los sentidos de Hibiki. Usando su Byakuran, el joven Hyuga analizó todos los alrededores y finalmente lo vio. Era un hombre que a duras penas podía moverse, pero lo que realmente llamó su atención era que el hombre tenía una espada y llevaba ropas con las que era fácil ocultarse entre la espesura del bosque. Gracias a eso Hibiki dedujo que se trataba de uno de los bandidos. Sin más preámbulos, despertó a sus compañeros y buscaron a su maestro.

Kiba y Akamaru seguían buscando indicios de los bandidos, pero todos sus intentos resultaban inútiles. Si pasado otro día no los localizaban, tendrían que volver a la villa con la misión fracasada. Sin embargo, la desilusión del jounin no duró mucho tiempo, ya que pudo notar que sus alumnos se movían hacia él; y la única razón para ello, era que hubiesen encontrado algo. Kiba giró y avanzó velozmente hacia ellos seguido por su fiel compañero. En poco tiempo el comando ninja estuvo de nuevo reunido y Kiba le pidió información a los genin.

- Hay un bandido a poca distancia de aquí – le respondió Hibiki orgulloso -. He podido verlo gracias a mi increíble habilidad ocular.
- Bien hecho, ahora tenemos que...
- ¿Tu increíble habilidad? - refunfuño Len – No se que tiene de increíble una técnica que es automática.
- ¡¿Automática?! ¡El Byakuran requiere de un duro entrenamiento para controlarlo! Además, estoy seguro de que lo que pasa es que tienes envidia de que las técnicas de mi clan son mucho más útiles que las que solo sirven para “atar sombras”...
- ¡Serás...!
- ¡Basta ya chicos! - les reprendió Yui
- Gracias, Yui. ¡Hibiki, Len, dejad las peleas para más tarde! Ahora tenemos que ir hasta donde está ese hombre.
- ¡Y seré yo quien os guíe gracias a mi...!
- ¡¡HIBIKI!! - gruño Kiba - ¡¡Deja de presumir y empieza a moverte!!

Kiba se cabreaba fácilmente con sus alumnos. Algunos, como broma, decían que tenía un humor de perros, pero ninguno se atrevía a decírselo a la cara. Aunque en el fondo él apreciaba el esfuerzo de sus alumnos y siempre intentaba hacer que se centrasen en la misión.

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En poco tiempo localizaron al hombre, y empezaron a observarle. Estaba claro que había estado luchando hacía poco y que era por eso que apenas podía moverse, aunque apenas mostraba heridas. Su cara era una mezcla entre el miedo y el dolor, y todo apuntaba a que estaba huyendo de su agresor. Pero tras observarle detenidamente, Kiba estaba seguro de que era uno de los bandidos que buscaban, y ya que no parecía tener intención de volver a su guarida, necesitaban pararle para sacarle información. Kiba le hizo una señal a Len, y este se acercó tanto como pudo al hombre evitando que le descubriese. Cuando quiso darse cuenta ya estaba atrapado en la técnica del clan Nara.

- ¡Qué es esto!
- Será mejor que no te muevas y nos des...
- ¡Dejadme! ¡Soltadme! ¡No quiero que me vuelvan a atacar!
- Tranquilo señor, por ahora solo queremos... - se adelantó Hibiki
- ¡Quieto ahí, Hibiki! ¡Le he atrapado yo con “mi” técnica! ¿¡A qué ahora no es tan ridícula!? ¿Eh? - Len le hizo burla a Hibiki sacándole la lengua, y al estar atrapado en la técnica de sombras, el bandido hizo lo mismo - ¡JA JA JA JA JA!
- Len, no te burles de Hibiki... ji ji – incluso Yui se divertía con lo ridículo de la escena
- ¡Basta! ¿Es qué no podéis dejar de picaros por un momento? ¡Esto es una misión! ¡Sed serios!
- ¿Por qué a mí? - lloró el bandido
- Seré yo quien le interrogue. Y será mejor que responda a todo. Porque hoy ya estoy muy cabreado – la mirada que le echó Kiba se asemejaba tanto a la de un demonio, que el bandido asintió sin que las palabras pudiesen salir de su boca -. En primer lugar, tú eres uno de los bandidos que asaltaban a los viajeros de estos caminos ¿verdad?
- Sí.
- ¿Cuántos sois en total?
- Nunca... nunca los he contado... - el bandido se asustó de nuevo al mirar al cabreado Kiba - ¡Pero puedo contarlos ahora mismo! Déjeme pensar... quince... no. Dieciséis. Sí, somos dieciséis.
- ¿Dieciséis? - a pesar de que con el de ahora ya tenían a cuatro, seguían siendo demasiados para tener garantías de poder detenerles a todos sin que alguno escapase. - Otra cosa, ¿de quién huías? ¿Habéis tenido una pelea interna?
- No... no ha sido eso... Nos han atacado mientras revisábamos unas mercancías.
- ¿Quiénes han sido?
- Eran decenas, pero todos iguales.
- ¿La misma ropa? - preguntó Yui
- No, no. Cuando digo iguales, digo que eran iguales... su cara era la misma...
- Kage Bunshin – pensó Kiba -. Eso nos deja claro que fue otro ninja.
- ¿Algún otro ha escapado?
- Sí. Shin escapó usando como rehén, a una chica. Aproveché eso para huir por otro lado.
- ¿Otra de la banda?
- No. En la banda solo eramos hombres...
- Ya veo. Era un secuestro – Kiba estaba cabreado, sabía que podía darse el caso, pero con rehenes sería peligroso, y además estaba el misterioso ninja -. ¿Viste si el ninja llevaba una placa en la frente con algún símbolo?
- No. No llevaba nada.

Kiba siguió sonsacándole información, lo cual resultaba muy fácil gracias a lo atemorizado que estaba el bandido. Tal era su miedo que incluso pareció feliz de que tras atarle, un perro ninja se lo llevase lejos de la zona. Con las nuevas señas, el grupo de Kiba avanzó velozmente hacia la guarida de los bandidos y cuando llegaron se encontraron con todos los bandidos derrotados, pero sin apenas heridas graves. Hibiki pudo ver que su maestro había notado algo raro en el aire, pero no sabría decir el qué. Aprovechando la situación empezaron a atar a todos los bandidos y Kiba envió un mensaje a la villa para que viniesen a recogerlos, ya que no disponía de suficientes perros ninjas para tanta gente. Tras dejar ese aviso e invocar un perro como vigilante, Kiba y Akamaru siguieron un rastro que era diferente al de los otros bandidos, llegando a la conclusión de que eso se debía a que además de un bandido, también iba otra persona, seguramente el rehén y detrás de ellos el misterioso ninja. Atravesando rápidamente la densa arboleda, finalmente llegaron a un camino y escucharon el grito de una chica. Al seguirlo hasta su origen dieron con su fuente, una joven vestida con kimono que estaba llorando apoyada en un árbol. Al ver a los ninjas se asustó, pero Yui la tranquilizó y la convenció de que eran de fiar.

- ¿Eras tú la que tenían secuestrada los bandidos?
- Sí. Hace dos días había salido a dar una vuelta con unas amigas, y nos asaltaron. Mis amigas pudieron escapar, pero yo y otra nos tropezamos y nos capturaron.
- ¿Qué pasó con la otra chica?
- La dejaron ir al pueblo para que les dijese a mis padres que solo me soltarían a cambio de que pagasen un rescate... - la chica se secó las lágrimas
- ¿Y qué a sido del bandido?
- Un desconocido lo separó de mí, y aproveché para huir, pero no sabía donde estaba y me perdí.
- ¿Qué aspecto tenía?
- Pues, con el miedo, no me fijé, pero llevaba una capucha.
- Eso no sirve de mucho... pero bien está lo que bien acaba. Te acompañaremos hasta tu pueblo. Len encárgate.

Antes de que Len se llegase a acercar a la chica, la cara de Kiba se sobresaltó y se giró para mirar la copa de un árbol. Al momento, un hombre cayó al suelo, atado de pies y manos y al que la chica identificó como el bandido que faltaba. Kiba intentaba buscar la presencia que le hizo sobresaltarse, pero ya era demasiado tarde, se había esfumado por completo.

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 2

Los árboles pasaban rápidamente ante sus ojos, y a cada salto que daban los cuatro ninjas y su perro se acercaban más y más a su objetivo. El bosque era muy denso, y las copas de los árboles muy espesas, lo cual les facilitaba el pasar desapercibidos sin apenas esfuerzo. Además, el líder y maestro del grupo, Kiba, había desarrollado un olfato superior incluso al de los perros ninja gracias al cual podría percibir cualquier peligro mucho antes de alcanzarle. Las horas pasaron y finalmente llegaron a su destino.

Los cuatro ninjas se colocaron en lo más alto de la copa de un gran árbol, mientras Akamaru usaba su sentido del olfato para vigilar la retaguardia. Desde allí podían ver un pequeño monte sobresaliendo del bosque y a su alrededor una red de caminos en la que según el contrato, se había detectado la actividad de los bandidos. Kiba les indicó a sus alumnos que tomasen posiciones al rededor de un pequeño cruce de caminos y después se limitasen a observar.

Pasó una hora sin que sucediese nada, otra hora en la que apenas pasaron un par de viajeros, pero ni rastro de los bandidos, y cuando la tercera hora estaba a punto de terminar, un comerciante se acercaba a paso lento hacia el cruce. Llevaba un pequeño carro que tiraba el mismo, y dentro una manta cubría la mercancía. El comerciante estaba completamente cubierto de pies a cabeza con una especie de capa y su cabeza la cubría con un sombrero de paja. Después de este último comerciante los tres genin irían al punto de encuentro y Kiba les daría una nueva dirección a la que dirigirse, al fin y al cabo los jóvenes ninjas no esperaban que fuese a ocurrir ahora lo que no pasó en todo el tiempo que llevaban esperando. Pero, como muchas veces sucede, las cosas ocurren cuando uno ya no se las espera.

Justo a pocos pasos de llegar al cruce, un grupo de bandidos surgió de entre los arbustos para asaltar al viajero. Eran tres individuos, que en un instante lo rodearon por completo, y empezaron a amenazarle apuntándole con sus espadas.

- Viejo, este camino nos pertenece. Así que será mejor que pagues la tasa.
- Sí, será mejor que le hagas caso al jefe.
- ¡Aaahhh! - gritó el hombre paralizado de miedo – No... no me hagan nada, por favor.
- Si no quieres que te hagamos nada, entonces será mejor que nos pagues la tasa.
- Está... está bien... pagaré... pagaré, pero dejadme vivir...
- ¡Ja ja ja ja ja! Así me gusta. - el que parecía ser el líder del grupo miró el carro – Es un carro muy pequeño, me temo, que con algo así solo salvarás tu vida, dándonoslo todo.
- ¿¡Qué!? ¡Pero lo necesito! ¡Necesito eso para comer!
- Tranquilo – le amenazó con la espada -, si quieres podemos solucionar eso cortándote la garganta ahora mismo, así ya no necesitarías comer. ¿No lo pensáis así chicos?
- ¡Ja ja ja ja ja! ¡Tiene razón jefe! ¡Seguro que ya no tendría ningún problema!
- De acuerdo, de acuerdo... llevaoslo todo, llevaoslo, pero dejadme vivir... por favor...

Uno de los bandidos se acercó al carro y apartó la manta. Bajo ella un buen número de cajas aparecieron, perfectamente apiladas y ordenadas. El líder se volvió hacia el viajero.

- Está bien. Esto cubrirá casi todas las tasas, pero nos falta otra pequeña parte.
- ¿De qué habla? Dijo que podría irme vivo.
- Y no le he mentido... pero eso no significa que se vaya a ir así como así.

El bandido guardó su espada y mostró una barra de hierro que llevaba a su espalda, al momento lanzó un potente golpe hacia el indefenso viajero.


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Todo sucedió muy rápido, la barra fue detenida con un kunai, tras lo cual un certero golpe acertó en el estómago del bandido haciéndole caer, al tiempo que pedía ayuda a sus compañeros, pero ellos ya estaban ocupados enfrentando a otros dos ninjas. Uno de ellos permanecía completamente paralizado y los pocos movimientos que realizaba eran iguales a los de su atacante. El otro, que había sido desarmado al ser sorprendido lanzaba puñetazos contra una pequeña kunoichi que esquivaba todos los golpes, hasta que lanzó un fuerte golpe con un largo palo de hierro que derribó a su oponente. A los pocos segundos los tres bandidos estaban atados de pies y manos; y Hibiki se acercó hacia el viajero.

- Ya puede seguir su viaje señor. Nosotros nos encargaremos del...
- ¡¡IMBÉCIL!! - gritó el hombre al tiempo que le asestaba un veloz puñetazo - ¡Qué pensáis que estáis haciendo!
- ¡Le hemos salvado la vida! - se cabreó Hibiki, dolorido por el golpe
- ¿¡Salvado!? ¡Lo que habéis hecho es fastidiar la misión!
- ¿Misión? - los tres genin se quedaron de piedra
- ¿Acaso no podéis distinguir a vuestro propio maestro? - una nube de humo le cubrió y tras ella se mostró Kiba, que había usado una técnica de transformación para camuflarse, y de entre los árboles surgió Akamaru con cara de decepción
- ¡Maestro! - los alumnos no sabían que decir
- ¡Os dije que solo teníais que observar! ¡El objetivo era que se llevasen la mercancía para después seguirlos hasta el resto, pero ahora lo habéis fastidiado todo!

Kiba siguió regañándolos durante un rato, pero antes usó una técnica de invocación para traer a un par de grandes perros ninjas que se llevaron a los bandidos hacia la aldea. La intención de Kiba era que los bandidos hubiesen llevado las cajas hasta su guarida y después seguir el rastro gracias a que Akamaru las había marcado con antelación.

Ahora que el plan había fallado tenían que llegar hasta la guarida, fiándose de la información que habían sonsacado a la fuerza a los bandidos y que no tenía porque ser cierta.

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 1

Tras el asesinato del señor feudal del Fuego, su hijo tomó su puesto y Uzumaki Naruto, el Séptimo Hokage pasó a ser un ninja renegado. Ante el temor de una rebelión por parte de los ninjas, el nuevo señor feudal obligó a la villa a no elegir un nuevo Hokage, al menos durante un tiempo...


Y así pasaron dos años, sin saber nada del último Hokage.


El sol se alzaba al mismo ritmo de cada día, y con él la villa empezaba también a despertarse. En un dojo un joven ninja entrenaba con un adulto. Los sucesivos golpes del chaval poco o nada podían hacer contra la experiencia del jounin, pero era demasiado cabezota como para reconocerlo. Una de las puertas correderas se abrió y una mujer entró en la habitación.

- No deberías entretenerte aquí, Hibiki. Seguro que tu maestro se cabreará si llegas tarde a la misión.
- No te preocupes mama. En cuanto acabe con el tío Neji me iré.
- Eres demasiado optimista – advirtió Neji.
- ¡Te derrotaré! ¡Ya lo verás!

Hibiki se lanzó como un rayo contra su tío, cegado por la impaciencia, y gracias a eso Neji apenas tubo que esforzarse para darle el golpe de gracia. Con una mano desvió el ataque de Hibiki y en un instante se colocó detrás de él inmovilizándole completamente.

- Ay ay ay ay. ¡Me haces daño!
- Pensaba que ibas a derrotarme.
- En una batalla real nunca debes bajar la guardia. Si hubiese sido un enemigo estarías muerto.
- Vale, vale... Pero suéltame.

Neji soltó a Hibiki que se agarraba el brazo dolorido mientras su madre intentaba revisar su estado. Hibiki rechazó la ayuda levantándose rápidamente y como un rayo cogió sus cosas y se marchó en dirección al punto de encuentro con su equipo tras despedirse de su madre.

- Me recuerda mucho a él – dijo ella con una sonrisa.
- Preferiría que no fuese así, Hinata. Solo con pensar que su padre es un asesino...
- Seguro que hay alguna explicación para...
- Los guardaespaldas del señor feudal le encontraron junto a la víctima y todo apunta a que fue el Rasengan el que acabó con su vida. No hay duda de que tu querido Naruto fue el culpable.

La cara de Hinata se entristeció al oír las palabras de Neji. Ella aún confiaba en Naruto incluso después del incidente ocurrido dos años atrás. Ella era posiblemente la única que aún confiaba en él.

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Ya en el punto de encuentro, Hibiki se encontró con el resto de su equipo. Yui, una chica de pelo oscuro y corto, que siempre le echaba la bronca a sus compañeros cuando se despistaban de la misión. Nara Len, un chico del que la gente decía que había heredado el pelo de su madre y la actitud de su padre, aunque a diferencia de su madre Temari, él tenía el pelo corto. Y el maestro de los tres, Inuzuka Kiba siempre acompañado por su fiel compañero Akamaru. Por su parte, Hibiki era muy parecido físicamente a su padre, salvo por los ojos que eran un claro símbolo de su herencia Hyuga.

- ¡Llegas tarde, Hibiki! - le reprendió Yui.
- Tampoco seas así. Estaba entrenando.
- ¿Sí? Pues espero que esta vez Neji no se haya pasado contigo. La última vez, te dejó tan mal que Akamaru tubo que llevarte a cuestas toda la misión.
- Maestro, no se burle.
- Bueno, dejémonos de charla y vayamos al grano. La misión de hoy consistirá en investigar y analizar una zona en este área – Kiba señaló un recuadro del mapa -. Según nuestra información en los caminos de esa zona hay un grupo de bandidos que saquean a la gente que pasa.
- ¡Entonces también tenemos que derrotarles! - se emocionó Hibiki
- Eso sería muy problemático
- No te emociones Hibiki, solo debemos reunir información, si el grupo es demasiado grande y les atacamos, corremos el riesgo de que algunos escapen. Nuestra misión debe ser reconocer el terreno, localizarles y avisar a la villa.
- Pues vaya aburrimiento
- Estoy de acuerdo, maestro – le secundó Yui -. Parece que no se fíen de nosotros.

Kiba y Akamaru soltaron una carcajada tras la cual guardó el mapa y se pusieron en movimiento.

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Prólogo

- ¡No dejéis que huya! ¡Hay que capturarle como sea!
- Es imposible, es demasiado fuerte.
- No pongas escusas. Recuerda que pertenecemos a los Doce Protectores.

Una sombra corría entre los pasillos del palacio del señor feudal del Fuego, perseguido de cerca por varios guardias. La sombra se giró, y al grito de “Fuuton – Golpe de Viento” una poderosa corriente de aire cruzó el corredor derribando a varios de sus perseguidores, mientras la sombra seguía huyendo.

- Maldita sea. ¡No escaparás!

Una fuerte explosión hizo temblar toda la planta al tiempo que la pared exterior se derrumbaba. La sombra salió por la nueva abertura a gran velocidad y en pocos segundos logró ocultarse aprovechando la profunda noche. Uno de sus perseguidores con la marca de los Doce Protectores en su cintura se detuvo al llegar a la abertura y lanzó una orden a todos los guardias del edificio.

- ¡Revisad toda la zona! ¡Hay que detener al Séptimo Hokage! ¡Uzumaki Naruto ha asesinado al señor feudal!