viernes, 26 de marzo de 2010

La nueva etapa de Mision Tokyo

Desde hace un tiempo llevo colaborando con Genis, director de Mision Tokyo, para la creación de la nueva versión de dicha web (razón por la cual tuve que dejar de lado los demás proyectos). He tenido que plasmar en la web el diseño realizado por Hiya, autora del cartel del último salón del manga de Barcelona, que es mucho más colorido y vistoso que el anterior diseño de la web, y manteniendo toda su funcionalidad.

Hace unas semanas estuve en el stand de Mision Tokyo durante la III Japan Weekend de Barcelona, donde mostramos la web y se realizaron varias actividades, y justo después la web se estrenó y ya está en pleno funcionamiento.

Mision Tokyo


La web ha sido probada en las últimas versiones de Firefox, Chrome, Safari, Opera, Lynx, MSN Explorer e Internet Explorer (6, 7 y 8). También se puede visualizar a través del navegador de PlayStation 3, aunque en este hay que pulirle un poco el aspecto.

Visitad la web en MisionTokyo.com






Ahora que he terminado la web, retomaré los otros proyectos, sobretodo "5 Elementos Aventura Elemental".

domingo, 13 de diciembre de 2009

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 11

Ya en la villa, Kiba y su grupo informaron de lo ocurrido, obviando algunos detalles como el chakra que salió de Hibiki. Al enterarse, el Consejo Ninja les exigió personarse ante ellos para dar explicaciones, sin embargo, no obtuvieron más información que la que ya habían aportado antes. Después de que el grupo abandonase la sala, los miembros empezaron a discutir sobre lo ocurrido.



- Esto puede resultar un problema muy importante – dijo un anciano de barba canosa.
- Sin Hibiki ya no tenemos cebo para atrapar a Naruto – añadió una mujer.
- Aún tenemos a Hinata... podríamos usarla a ella como cebo. - señaló el más joven del consejo.
- Eso no funcionaría, Eiji – negó otro consejero -. El clan Hyuga se daría cuenta antes de poder usarla como cebo, y no lo permitirían.
- Siendo así solo nos queda la opción de buscarle y enviar a nuestros mejores ninjas, pero incluso Kiba y esos tres ANBUS han tenido problemas – dijo otra mujer.
- Akane, si lo que quieres es a alguien fuerte, yo mismo me encargaré de pedirle al señor feudal que nos preste a algunos de sus guardaespaldas – sugirió Eiji.
- ¿Los Doce Protectores? - preguntó el anciano de barba canosa – Ciertamente hay tipos fuertes entre ellos, pero hay que evitar dejarle sin protección. No sabemos cuando podrían atentar contra su vida.
- Esta bien. Si no hay negativas, ahora mismo iré a solicitárselo al señor feudal.

Eiji salió del edificio, y montado en un palanquín se dirigió hacia el castillo del señor feudal.

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Tras dejar a su equipo, Kiba se sintió obligado de llevar la noticia a Hinata. Durante el camino, Kiba pensó acerca de como comunicarselo, pero no se le ocurría nada. Para él, Hinata siempre fue como una hermana pequeña a la que proteger, y no quería hacerla llorar, pero en vista de la situación Kiba lo veía muy difícil. La gran casa de la rama principal de los Hyuga se mostraba frente a él, y cabizbajo cruzó el umbral.

- Kiba. Hacía tiempo que no te veía.
- Hola, Neji...
- ¿Qué pasa?
- ¿Está Hinata, tengo que hablar con ella?
- Sí... - Neji le llevó hasta ella

Una vez la encontraron, los tres se sentaron en una de las habitaciones. Neji empezaba a sospechar algo, pero prefería ignorar la posibilidad. Y Kiba empezó, un poco brusco.

- Naruto se ha llevado a Hibiki – Hinata se quedó de piedra, y Neji se puso echo una furia.
- ¿¡Qué has dicho!? ¡¡Cómo has podido permitirlo!! - Neji golpeó el suelo con rabia - ¡Eres su maestro, tu deber es protegerle! ¡Qué piensas que va ha ocurrir ahora! ¡Ese asesino...!
- ¡Basta Neji! - interrumpió Hinata – Seguro que Naruto tiene alguna razón para lo que ha hecho – la frase le hizo recordar a Kiba lo del chakra que rodeó a Hibiki.
- ¿Aún le sigues defendiendo? Te ha quitado a tu hijo, al futuro líder del clan.
- Él también es su padre, y yo... yo siempre confiaré en Naruto. Se que él no fue el responsable de la muerte del feudal.
- ¡Estás ciega, sino ves la realidad! - Neji se levantó y abandonó la habitación dando un portazo.
- Hinata... ¿tú aun confías en él...? ¿Cómo?
- Naruto siempre ha luchado por el bien de todos, evitando tener que matar a nadie. Recuerda lo de Pain o lo de Sasuke. Naruto es incapaz de matar de esa forma. Se que él no lo hizo.

Kiba quería creerla, pero no podía perdonarle que abandonase a Hinata y Hibiki, a los que consideraba parte de su familia, y además, todas las pruebas estaban en su contra. Para Kiba, Naruto seguía siendo un asesino. Al abandonar la casa de los Hyuga, ya se había hecho tarde, pero Kiba tenía algo que hacer antes de irse a su casa. Recorrió las calles velozmente hasta llegar a su objetivo, allí un grupo de jounins le esperaban.

- No está bien llegar tarde, cuando eres tú quien nos ha reunido – comenzó Sai.
- Lo siento, pero primero tenía que hablar con Hinata.
- Entonces es cierto ¿no? - dijo Chouji – Naruto se ha llevado a Hibiki.
- Sí. Pero hay algo más importante.
- ¿Como qué? - preguntó Shikamaru, que acababa de entrar.
- No se lo he dicho a Hinata para no preocuparla, pero Hibiki... - Kiba intentaba elegir la mejor forma de decirlo – Creo que Hibiki es un jinchuriki. - todos los presentes se quedaron callados y sorprendidos, excepto Shikamaru
- Así que era verdad...
- ¿Lo sabías?
- Me lo acaba de contar mi hijo, Len. Me dijo que a Hibiki le salió un extraño chakra del cuerpo que lo rodeó, y como rápidamente cicatrizaron las pequeñas heridas. Y con lo que tú has dicho, confirmé mis sospechas.
- Lo raro es que nunca hayamos sabido nada hasta ahora. Incluso Naruto parecía sorprendido cuando lo vio, así que dudo que supiese algo. Pero eso no quita que Naruto sea un peligro, y que ahora además tiene a su hijo.
- Sobre eso... - Shikamaru sacó un papel – Len también me dio esto. Al parecer Naruto se lo dio cuando lo golpeó.
- ¿Qué? - se sorprendió Kiba - ¿Por qué le implicaría a Len?
- Posiblemente porque sabe que aun lo ves como culpable.
- ¿Y vosotros no?
- Deberías recordar para que creamos este grupo – respondió Sai -. Nuestro objetivo es investigar si realmente fue él el culpable.
- Y es por eso que lo que contiene este papel es tan importante. Incluye la versión de Naruto sobre el asesinato. Según esto, Naruto fue el que mató al feudal, pero asegura que no era dueño de sus acciones, que estaba siendo controlado por otra persona, pero que después era incapaz de recordar nada de lo que hizo.
- ¿Una técnica de posesión? Si es así, le preguntaré a Ino – dijo Sai
- Hay más. También indica lo que le dijo el señor feudal, la razón por la cual mandó a Naruto acudir allí. El señor feudal desconfiaba de su hijo, decía que había estado actuando raro últimamente.
- ¿Y por qué no se lo dijo a los Protectores? En esa época tú ya eras uno de ellos – preguntó Chouji
- Porque al parecer también desconfiaba de los Doce Protectores. De ser esto cierto, no sabría en quien confiar, y pensaría que informar al Hokage sería lo más seguro.
- Eso no tiene sentido. No son más que burdas escusas para no reconocer lo que hizo.
- Se que le tienes mucho rencor porque ves a Hinata como a una hermana, pero tenemos que llegar hasta el fondo de todo esto. Y más ahora que sabemos que Hibiki tiene un bijuu.
- Deberíamos preguntarle a Hinata por si sabe algo del tema. - sugirió Chouji
- ¡No! Decidimos que no implicaríamos ni a Hinata ni a Sakura en esto. Ellas son las que más confiaban en Naruto, y seguro que el Consejo las tiene bien vigiladas. Y ya tenemos bastantes problemas para mantener nuestro grupo en secreto.
- De todas formas, no creo que supiese nada. Al fin y al cabo, ni tan siquiera yo, su maestro, sabía que Hibiki tenía ese poder. Pero ¿cuál de todos los bijuus será?
- Le pediré a Temari que investigue sobre eso. Tal vez en la Arena sepan algo sobre los bijuus que nosotros desconozcamos. Y mientras, yo aprovecharé mi posición para investigar a los demás Protectores y al señor feudal.

Dicho eso, el grupo se dispersó de nuevo, para cumplir cada uno con sus respectivos cometidos.

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Mientras tanto, un palanquín llegaba a la capital del país del Fuego, dirigiéndose hacia el castillo. Ya dentro, Eiji bajó del vehículo y se adentró en los pasillos de la fortaleza, hasta que llegó a una habitación. Allí, dos personas lo esperaban sentados en sendas sillas.

- ¿Qué ha pasado para que vengas aquí? - dijo el de la derecha, que era el mismo Protector que estuvo en la reunión del consejo.
- Hyuga Hibiki ha sido capturado por Naruto. - respondió Eiji mientras tomaba asiento.
- Pensaba que el plan era capturar a Naruto – dijo el de la izquierda sin mucha preocupación.
- Ciertamente, las cosas no ha salido como esperaba. Los ANBU que envié para controlar a Hibiki, fueron derrotados con gran facilidad.
- No solo eso, ahora Naruto tiene al Yonbi. Estaría bien que Naruto le entrenase para controlar ese chakra, pero sería un peligro si logra descubrir que fuimos nosotros los que se lo sellamos – dijo el desconocido.
- Es por eso que he venido. Deberíamos intervenir directamente, al menos enviando a algunos de los Protectores.
- ¿Es qué no hay ninjas en Konoha que puedan hacerlo?
- Sí. Pero no confío en ellos, la mayoría de los que tienen posibilidades han tenido alguna relación con Naruto en el pasado, y podrían acabar en nuestra contra.
- Siendo así, no nos queda más opción que intervenir.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Naruto Kai no sho: Omake

En el segundo Fanbook de Naruto, Kishimoto incluyó un minimanga de la etapa en que Naruto entrenaba con Jiraiya. Naruto Uchiha ya ha publicado su versión conmigo como traductor. Disfrutadlo

Ver noticia en Naruto Uchiha
Leer en Submanga

jueves, 10 de diciembre de 2009

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 10

Poco a poco los colores volvían a surgir, y comenzaban a tomar forma. Se sentía agotado, cansado, falto de energía, y parecía que a su mente le costaba ordenar los recuerdos. Notaba la fresca hierba bajo sus manos y la rugosidad de la madera en su espalda, y gracias a eso supo que estaba sentado en el suelo con el tronco de un árbol como respaldo. Los colores de formas indefinidas, empezaban ha definirse ante sus ojos. Comenzó ha distinguir a una persona. Pelo rubio, de punta, un traje con tonos naranjas y negros, y unas marcas que cruzaban sus mejillas como si fuesen los bigotes de un zorro. Su cerebro comenzó ha funcionar a gran velocidad y al momento, Hibiki se dio cuenta de que estaba sentado frente a su padre, frente al traidor de la villa. Pero por alguna razón, no sentía odio, sino aprecio, y todo tenía cierto aire nostálgico, como de tiempos mejores.

- Ya era hora de que despertases. Tu madre se va a preocupar sino estamos en casa para comer.
- Aun no estoy cansado. Quiero seguir entrenando para llegar a ser un gran Hokage como tú. - Hibiki no se creía lo que acababa de salir de su boca.
- Eso me haría muy feliz – Naruto con una gran sonrisa en su cara apoyó la mano sobre la cabeza de su hijo -, y si te lo propones, podrás lograrlo.

El difuso escenario cambió a gran velocidad. Ahora Hibiki no tenía dudas de que se encontraba en un sueño, en donde los recuerdos se mezclaban entre sí. El nuevo escenario mostraba su casa, de noche.

- ¿Qué pasa mama? - el Hibiki del sueño parecía tener ganas de dormir – ¿Dónde está papa?
- Naruto se ha ido ha una reunión importante, no hay de que preocuparse... - sin embargo, Hinata parecía preocupada por alguna razón.

Lo que fueron un par de horas en la realidad, pasaron como un instante en los recuerdos que recorría el sueño de Hibiki, y algo parecía haberle despertado. La voz del recien llegado se mezclaba con la de su madre.

- ¿Qué es lo que ocurre, Naruto?
- No... no lo se... - la voz mostraba preocupación y culpabilidad – Lo único que puedo decirte, es que te quiero.
- ¿Qué pasa, Naruto? Dímelo.
- Ni siquiera yo estoy seguro, pero te pido que me perdones, y que cuides bien de Hibiki. Yo... yo tengo que irme. Lo siento.

La puerta del cuarto se movió y tras ella apareció Naruto, acercándose a su hijo que se hacía el dormido. Se sentó a su lado, y casi susurrando para evitar despertar al que pensaba que estaba dormido, unas palabras surgieron de su boca.

- Adios, Hibiki. Cuida bien de tu madre, y nunca abandones tus sueños. Perdo....

La última palabra desapareció con el movimiento de los recuerdos. Hibiki se sorprendió, pues ya había olvidado esas palabras que le dio su padre, el día que desapareció. Y así, las nuevas formas se organizaron para mostrar otro recuerdo.

- Bien, bien... Hyuga Hibiki. Tú padre ha cometido un grave delito. - las duras palabras pertenecían al interrogatorio al que le sometieron el día después.
- Eso no es posible. Mi padre es el Hokage, mi padre...
- ¡Tú padre es un asesino! Si sabes algo, si te ha dicho algo... será mejor que nos lo digas ahora.
- Mi padre... mi padre... - Hibiki intentaba controlar sus lágrimas de frustración ante la traición de su, hasta entonces, querido padre.
- Dejad eso de una vez... Está claro que el chico no sabe nada de eso. Al fin y al cabo no...

Los recuerdos terminaban de golpe, como si una pared se interpusiese en su camino y ahora una oscura red de túneles ocupaba su lugar en el sueño. Y a su espalda, una fuerte presencia se alzaba, como si quisiese devorarlo.

- Jujuju. Al fin nos vemos.

Hibiki giró la cara y una sensación de terror hizo que el sueño terminase de golpe. Hibiki se despertó con un brusco movimiento, pero las cuerdas que lo mantenían preso hicieron que cayese de bruces contra el suelo. Por mucho que desease que fuese el sueño, esto ya era la realidad, con él atado frente a su padre y el extraño que lo acompañaba.

- ¡Ay! ¡Maldito seas, suéltame!
- Parece que ya te has despertado, hijo. Llevas dormido desde ayer.
- ¡Te digo que me sueltes! ¡Voy ha darte una paliza!
- Jajaja. Diciendo eso, no parece buena idea soltarte – rió Kenta.
- ¡Cállate! ¡Boca de tiburón!
- Jajajajaja... - tras unos segundos de sorpresa, Kenta volvió a reírse – Este pequeño es la monda.
- ¡No te rías!
- Hibiki... - las palabras de Naruto parecieron acallar a Kenta – Si te he atado solo ha sido para evitar que me ataques sin escucharme antes y...
- ¡No me importa lo qué tengas que decir! - le interrumpió Hibiki - ¡No quiero saber nada de ti!
- Hasta que no me escuches no pienso soltarte, y con las manos atadas, dudo mucho que puedas darme esa “paliza” - la frase pareció alcanzar su objetivo, y Hibiki se tranquilizó.
- Chico, deberías hacerle caso a tu padre. A fin de cuentas, más pronto o más tarde, no te quedará otro remedio que escuchar – tras las palabras de Kenta, Hibiki inclinó la cabeza en señal de resignación.
- Vale... esta bien. Habla de una vez. ¡Cuéntame lo que quieras! ¡Y después suéltame para que te de una paliza!
- Este chico es muy cabezota, si dices eso, no vamos ha...
- Si me escuchas te soltaré – Naruto interrumpió a Kenta -. Pero eso no significa que vaya a dejarte irte por tu cuenta por ahí.

Naruto se acercó a su hijo, y le levantó del suelo para dejarlo en una posición más cómoda. Después, se sentó frente a él, cruzando las piernas y los brazos, e inclinó la cabeza mientras pensaba en como comenzar y que contarle exactamente. Kenta se sentó a un lado, apoyando su espada en un árbol cercano.

- ¡Vas ha empezar de una vez!
- Es difícil saber por dónde empezar.
- Entonces respondeme. ¿Mataste al señor feudal? - las palabras de Hibiki fueron directas, y un incómodo silencio rodeó el ambiente -. ¡Respondé de una vez!
- Sí y no.
- ¿Eh? Eso no es una respuesta.
- Si que lo es. Pero es difícil de explicar.
- O lo mataste, o no lo mataste. No hay otra respuesta.
- Lo que tu padre quiere decir – intervino Kenta –, es que fueron sus manos las responsables de la muerte del señor feudal, pero no...
- Deja que sea yo el que lo diga – lo interrumpió Naruto -. Sin duda alguna, fue mi cuerpo el que provocó la muerte al señor feudal, pero estoy seguro, de que yo no era dueño de mis actos en aquellos momentos.
- ¿Pretendes que me crea eso?
- Solo quiero que escuches mi versión – Hibiki refunfuño, pero dejo a su padre continuar -. El día en cuestión, yo tenía que reunirme con el señor feudal. Él me había hecho llamar por un asunto de gran importancia, pero quería decírmelo en persona. Yo acudí, pero justo antes de entrar en la sala, empezó a dolerme la cabeza y lo siguiente que vi, fue al señor feudal muerto frente a mi. Después, sin saber muy bien lo que había pasado, los guardias entraron y, ante las evidencias, me acusaron de la muerte del feudal. Después solo pensé en salir de allí. Derribé a los guardias y a los que me siguieron y tras abandonar el castillo del feudal, volví a Konoha, para despedirme de ti y de tu madre, pero como era tan de noche tú ya estabas dormido. Durante días, me escondí como un fugitivo sin saber muy bien lo que había pasado, intentando ordenar mis recuerdos, pero por alguna razón me resultaba imposible saber con exactitud el momento de la muerte del feudal.
- ¿Y eso es una excusa?
- Todavía no he terminado. Ya que era incapaz de recordar nada, busqué a un viejo amigo para pedirle ayuda. Y gracias a él pude recordar el resto. Que fui yo quien ejecutó la técnica que lo mató. Pero lo más importante, que era otra persona quien controlaba mi cuerpo en aquellos momentos. Desde entonces he estado investigando para descubrir a los verdaderos culpables, y por eso mis investigaciones me llevaron hasta la villa. Pero surgió algo que tenía que solucionar antes de seguir con ello.
- Esa historia no es más que una burda mentira – aunque Hibiki intentaba mostrar su repulsa hacia su padre, en el fondo había una parte de él que deseaba creer la historia -. Además ¿qué fue ese algo que echó atrás?
- Para eso... sera mejor que te desate.

Dicho eso, Naruto desató a su hijo, que después se levantó, y aprovechando la oportunidad cargó chakra en las palmas de sus manos, aunque de alguna forma notó que no podía controlar bien su chakra sabía que tenía suficiente para ejecutar la técnica, y con una rápida cadena de movimientos empezó a golpear a su padre por todo el cuerpo, al tiempo que contaba números hasta llegar al 64. Kenta permaneció inmóvil, observando la escena.

- Jajaja. Te dije que te daría una paliza. Ahora ya no puedes usar tu chakra.
- Sabes... eso mismo, me dijo Neji la primera vez que nos enfrentamos – Naruto juntó sus manos para mostrar su intención de cargar chakra.
- Eso es inútil.
- En esa pelea – Naruto ignora las palabras de su hijo -. Fui yo quien ganó. Te recomiendo que no dejes de mirarme con el byakuran.

Ante los atónitos ojos de Hibiki, un chakra de color rojo empezó a brotar desde el interior de Naruto hasta el punto de que lo rodeó y tomo forma, una terrorífica forma con aspecto de zorro. El miedo y la sorpresa, paralizaron a Hibiki que fue incapaz de mantenerse de pie. Un par de segundos más tarde, el nuevo chakra desapareció, pero su padre estaba de nuevo repleto de energía. Su ataque no había servido de nada.

- Lo has visto, ¿verdad?
- ¿Qué...? ¿Qué era eso...?
- En mi interior habita un temible monstruo. Una criatura demoníaca hecha de chakra. Y ayer descubrí... - una cara de tristeza miró a Hibiki - ...que tú también tienes uno.

Esa frase hizo que los recuerdos del día anterior volviesen. El entrenamiento, la búsqueda de la mascota perdida, la pelea de Kiba, cómo Naruto derribó a sus compañeros y la furia que recorrió el cuerpo de Hibiki después. Hasta ahora no se había dado cuenta, pero en aquel momento un nuevo chakra había recorrido su cuerpo, un chakra terrible y con una fuerte intención asesina, pero sabía que lo había notado en otra ocasión. Y de nuevo su mente se organizó y recordó que fue al final de su sueño. La temible criatura que le hizo despertarse, tenía ese mismo chakra. En ese momento, Hibiki se agarró con fuerza la ropa a la altura del estómago, sintiendo que sí que había algo dentro de él, algo que no era él. Y eso le daba miedo.

- Yo puedo ayudarte a enfrentarte contra ese demonio. Pero tendrás que confiar en mi.
- No – la negación de Hibiki interrumpió a su padre -. No puedo confiar en ti.
- Puede que tengas miedo. Pero debes saber, que sino lo controlas, podría llegar el día en que ese demonio haga daño a la gente que quieres.

De alguna forma, Hibiki sintió que lo que le decía su padre era cierto, y no pudo evitar pensar en su madre, en su maestro y sus compañeros, y sobretodo en Misao. Sintió rabia. No quería confiar en su padre, pero la posibilidad de que hiciese daño a la gente que quería le obligó a dejar de lado su rencor.

- Esta bien – admitió resignado -. Haz lo que tengas que hacer.

Una ligera sonrisa, mezcla de orgullo y comprensión, se mostró en la cara de Naruto. Naruto y Hibiki se sentaron frente a frente, y el que fuese Hokage extendió un pergamino entre ellos.

- ¿Estás seguro de querer hacer esto? - le preguntó Kenta
- Originariamente cree esta técnica por si se daba la ocasión en que tuviese que entrenar a un nuevo jinchuriki. Pero nunca pensé que ese sería mi hijo – Naruto cargó chakra en las puntas de sus dedos – Seguro que antes has notado algo de dificultad al acumular tu chakra, eso es porque tuve que aplicarte un sello durante el combate de ayer, si me muestras el estómago, podré remover ese sello – Hibiki obedeció, sabiendo que ya no podía echarse atrás - ¡Gogyou Kaiin! - Naruto golpeó el estómago de Hibiki con la técnica, y el sello que puso día anterior, desapareció.
- ¿Qué ha sido eso?
- Intenta acumular chakra – Hibiki obedeció y notó que ahora volvía a dominar todo su chakra -. Bien, ahora pasemos al siguiente paso.

Naruto realizó una serie de sellos para después colocar su mano sobre la frente de Hibiki. Hibiki notó que le pesaban los párpados y en poco tiempo terminó cerrando los ojos. Mientras tanto, Kenta los observaba con curiosidad.

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Cuando abrió los ojos, Hibiki pudo ver que estaban en una oscura red de túneles, la misma que aparecía en su sueño. Pero en esta ocasión, su padre estaba a su lado. Unos extraños sonidos, como gruñidos, hacían eco en las paredes de los túneles.

- Así que este es el sitio...
- Esto... esto salía en mi sueño...
- ¿En tu sueño? Así que ya has estado aquí.
- ¿Qué sitio es este?
- Podría decirse que es la forma que toma tu mente, y ya que el demonio del que te hablé está dentro de ti, también estará aquí.
- Espera. Me dijiste que me enseñarías a controlarlo, no dijiste nada de buscarlo.
- Si no lo conoces primero, no podrás controlarlo. Por eso vamos a buscarlo.

Naruto buscó el origen de los gruñidos, y Hibiki le siguió. Hibiki empezó ha percibir un aura con una fuerte intención asesina, que a cada paso que daban se hacía más y más grande. Finalmente llegaron a una gran sala donde la presencia asesina era casi insoportable. Allí, a un lado, unos gigantescos barrotes cruzaban todo un lado de la sala, y tras ello una oscuridad, a la que daba miedo siquiera mirar. Naruto observó intrigado una extraña pared que de alguna forma no parecía encajar con el resto, pero la poderosa voz que surgió de la oscuridad tras los barrotes le interrumpió.

- Jujuju... Así que has vuelto... Ven... no tengas miedo... acercate...
- No pensamos acercarnos más, demonio – la voz de Naruto no mostraba ningún temor, lo cual sorprendió a su hijo -. Tendrás que ser tú quien se muestre.
- Vaya vaya... Tú no deberías estar aquí dentro... Pero tu chakra... tu chakra me suena... - la oscuridad tras los barrotes comenzó a tomar color y forma. Primero unos grandes ojos naranjas, seguidos por los dientes con grandes colmillos a ambos lados, y finalmente tras la enorme silueta que costaba distinguir en la oscuridad, cuatro grandes colas. – Tú eres el que tiene al Kyubi.
- Y tú debes de ser el Yonbi. Pareces más débil de lo que contaban.
- ¡Será mejor que no me cabrees! - el Yonbi golpeó con fuerza los barrotes mostrando una gran mano de gorila, pero la prisión no se inmutó.
- Este es el demonio que hay en tu interior, Hibiki.
- Eso... eso está... ¿dentro de mí?
- Sí. Pero creo que será mejor que nos movamos a otro sitio.
- ¡Vuelve! ¡Vuelve aquí! ¡Ese chico es mio!

Naruto realizó un par de sellos y los dos se transportaron a otro lugar. El sitio era similar, también era una oscura red de túneles, pero de alguna forma diferente. Hibiki notó otra presencia similar a la del Yonbi que acababa de conocer, pero esta parecía más fuerte. Al alzar la mirada lo vio, tras otros barrotes, similares a los de antes, una nueva criatura se mostraba frente a él.

- Me dijiste que solo tenía uno dentro de mi, y este...
- Este es el que está dentro de mi – dijo Naruto con seriedad -. Este es el Kyubi.
- Jujuju... Naruto... hacía tiempo que no nos veíamos – su mirada se posó sobre Hibiki -. ¿Y este niño? Se parece a ti y al maldito Cuarto.
- Es mi hijo – Hibiki seguía sorprendido por la forma en como Naruto hablaba a los enormes monstruos, sin mostrar ni un ápice de miedo.
- Jajajajaja. Resulta divertido. Sí. Tú familia parece que está maldita. El Cuarto murió sellándome, y tanto tú como tu hijo tenéis un bijuu dentro. Resulta divertido.

Naruto no dijo nada, solo miró, y tras un rato deshizo la técnica. Hibiki estaba perplejo. Aun no era capaz de encajar lo que había visto, pero al menos, ahora sabía un poco más de si mismo.

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 9

Con un rápido movimiento, Naruto se acercó a una de las patas delanteras del gigantesco perro, y tras rodearla con sus brazos lo elevó por el aire para después lanzarlo como, solo alguien que dominase la técnica del ermitaño, podría hacer. El gran perro en que se había convertido Kiba, giró en el aire para recuperar el control sobre su cuerpo y antes de tocar el suelo realizó un nuevo Garouga, para introducirse bajo tierra. Como si de un gigantesco taladro se tratase, Kiba arrasó todo lo que había bajo el suelo a su paso, hasta que el terreno no pudo más y se hundió en el gran agujero que acababa de crear. Naruto, que veía como todo se desmoronaba bajo sus pies, empezó a moverse intentando abandonar el recién creado agujero, pero antes de poder ponerse a salvo Kiba ya le tenía donde quería.

- ¡¡Por mucho modo ermitaño que tengas, no podrás defenderte de este ataque!!

El gran tornado que era la técnica de Kiba avanzó velozmente hacia su objetivo. Naruto, en un último intento por evitar el golpe, realizó un Kage Bunshin que lo lanzase lejos, pero no fue lo suficientemente rápido y la técnica de Kiba le alcanzó aunque fuese de refilón. La inercia del ataque hizo que Kiba también perdiese el control y se elevase demasiado dando tiempo a Naruto para recuperarse y ponerse en lugar seguro, para cuando comenzó a caer fue demasiado tarde como para esquivar el siguiente movimiento de su oponente.

- ¡Gama Yudan! - una espesa bala de aceite salió de la boca de Naruto para alcanzar al perro gigante.

Al tocar tierra, el aceite comenzó a hacer efecto en Kiba, a quien le costaba mantener el equilibrio y el control de su cuerpo con el resbaladizo líquido cubriéndole. Naruto no perdió la oportunidad, y atizó un preciso codazo en la enorme barbilla obligándolo a levantarse, tras lo cual realizó un nuevo Kage Bunshin y junto con dos nuevos clones elevó al perro por los aires de un puñetazo en el estómago. El peso y el tamaño del gran perro impediría que se alejase mucho del suelo, pero fue el tiempo suficiente como para que Naruto junto con sus dos clones preparasen dos gigantescos Rasengan con los que golpeó al perro en el estómago cuando este descendió. Una gran nube de humo cubrió la zona de batalla.

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Hibiki, Yui y Len ganaban terreno mientras saltaban de árbol en árbol, y lo único que sabían a ciencia cierta era que la batalla aun no había terminado, ya que continuaban escuchando los estruendos provocados por las técnicas de ambos contendientes. Y eso era algo que les daba la esperanza de poder llegar a tiempo de ayudar a su maestro. Al poco vieron como una especie de tornado se elevaba por los aires.

- ¿¡Qué es eso!? - gritó Yui
- Parece la técnica del maestro... pero es enorme.
- Os acabo de decir que le vi convertido en un perro gigante. No hay duda de que es él.
- Es impresionante... - Len no podía dejar de mirar la técnica de Kiba, hasta que empezó a descender – Parece que ahora está cayendo.
- Parece que ya estamos cerca ¿verdad, Hibiki?
- Sí – Hibiki ya estaba nervioso y cabreado ante lo cerca que estaba de encontrarse con su padre.

Los tres continuaron corriendo y pronto llegaron al claro donde tenía lugar la batalla, el gigantesco perro en que se había transformado Kiba caía indefenso sobre dos grandes bolas de chakra para después desaparecer tras una nube de humo.

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El humo parecía que había sido provocado por el choque del enorme perro contra ambos rasengan, pero Naruto sabía que ni siquiera le habían alcanzado y se preparó para el siguiente movimiento. Dándole la razón a sus predicciones, del humo surgieron 3 pequeños tornados; estaba claro que Kiba y sus perros habían anulado la técnica justo antes de ser golpeados y los tres se dirigían ahora hacia Naruto. Los dos clones se situaron protegiendo al original y lograron desviar sendos tornados sacrificándose a si mismos. El tercero iba directo hacia el verdadero Naruto que se preparó para el impacto. De la misma forma que ya detuvo el movimiento del gigantesco perro, Naruto volvió a detener esta vez a Kiba que quedó indefenso frente a él. Tras parar el giro de la técnica de Kiba, Naruto agarró un brazo de este, lo acercó para si y le golpeó fuertemente en el estómago para finalmente dejarle caer al suelo incapaz de hacer ningún movimiento más. En ese momento, Kenta surgió de entre los árboles, y con un veloz movimiento cubrió su técnica de prisión de agua a Kiba y sus dos perros, dejando un clon agua para cada uno.

- Te dije que vigilases los alrededores.
- Y eso he hecho. Por eso he vuelto.
- A que te refieres.
- No creo que sea adecuado que ese jounin se involucre en un reencuentro familiar.
- ¿Reecuentro?

Kiba no quería creer lo que acababa de oír. Las esperanzas que aun mantenía en que sus alumnos no se acercasen habían desaparecido para dejar paso a la preocupación sobre lo que ocurriría a continuación, y más cuando él se encontraba completamente inmóvil a causa de la prisión de agua que le cubría de cuello para abajo. Y finalmente la preocupación se hizo insoportable cuando frente a sus ojos, sus tres alumnos tocaban tierra para enfrentarse a un rival que les era imposible derrotar. Pese a encontrarse de espaldas, Naruto pudo darse cuenta de su llegada.

- Reencuentro... ya entiendo... - el que fuese conocido como último Hokage se giró – Hola Hibiki, hace ya mucho tiempo que no nos vemos.
- ¿Hola? - unas pronunciadas venas rodeaban los ojos del joven Hyuga – Tras dos años de abandono, solo se te ocurre decir ¿hola?... No te lo perdonaré, no te pienso perdonar ¡¡¡¡jamás!!!!

Hibiki corrió hacia su padre lleno de ira y le intentó golpear. Sin embargo, Naruto esquivó el ataque con suma facilidad pero de haber visto la otra técnica que se acercaba hacia él abría obrado de forma diferente. Al momento, Naruto noto que su cuerpo había dejado de moverse, y una larga sombra agarraba la suya.

- ¿Kage Mane no Jutsu? - Naruto miró al chico que acababa de atraparle con la técnica de los Nara, sin tener que pensarlo mucho, se dio cuenta de que se trataba del hijo de Shikamaru.
- Ahora estás atrapado en mi técnica, no podrás moverte.
- ¡¡Teneis que huir!! - Kiba sabía que era inútil que lo hiciesen.
- No se preocupe, maestro. No hemos venido aquí sin tener un plan a mano. Le mostraremos nuestro trabajo en equipo.
- ¿Trabajo en equipo? - Kenta no pudo evitar soltar una ligera risa, ya que tenía una idea de como terminaría el combate
- ¡Ahora Hibiki! - Yui le avisó a su compañero mientras se disponía a golpear a Naruto por la espalda con la vara de hierro. Y por su parte, Hibiki atacó de frente con la técnica blanda de los Hyuga.

Los siguientes segundos fueron tan rápidos que los genin nada pudieron hacer para evitarlos, y al final sus golpes habían sido detenidos. Con la mano derecha, Naruto había desviado el brazo de su hijo que ahora sujetaba, y con la izquierda agarraba el arma de Yui.

- No... no... no es posible... - Len estaba perplejo ante lo que veían sus ojos – Mi técnica debería haberlo detenido.
- Esa técnica es muy buena, pero siento decirte que no tienes el poder suficiente como para que haga efecto en mi.

Naruto agitó su brazo izquierdo provocando que tanto Yui como su arma acabasen en el suelo, y tras ello alzó a su hijo sobre si mismo para terminar dejándolo caer de espaldas sobre el suelo. Al momento corrió hacia Len para después golpearle y lanzarlo contra los árboles.

- Siento que esto haya terminado así, Kiba.
- Maldito... - la voz mostraba un gran resentimiento, y Naruto se giró para descubrir que provenía de su hijo que se levantaba con dificultad – No... No te lo perdonaré... ¡No te perdonaré...! ¡No te perdonaré, jamás! - Hibiki volvió a correr hacia su padre para golpearlo, pero la furia le impidió ver el contraataque de este, que le propinó un duro puñetazo en el estómago
- Lo siento – susurró Naruto mientras le golpeaba.

Hibiki acabó por los suelos de nuevo, y de nuevo se volvió a levantar, aun más cabreado si cabe.

- ¿Lo siento? - Hibiki apretó los dientes con fuerza mientras el viento a su alrededor comenzaba a agitarse alzando el polvo del suelo - ¡¡TÚ NO SIENTES NADA!!

Una corriente de chakra cubrió a Hibiki y las pequeñas heridas del combate cicatrizaron a gran velocidad, ante los atónitos ojos de todos los que allí se encontraban. Hibiki soltó un potente rugido que pudo oírse a gran distancia, mientras corría como si de un monstruo se tratase, hacia su perplejo padre.

- ¡Naruto reacciona! - le gritó Kenta; ante lo cual Naruto volvió en sí a tiempo de esquivar el ataque de su hijo que ahora era mucho más rápido y fuerte que antes.

Naruto agarró a su hijo y lo lanzó para apartarlo y así ganar tiempo. Creo un clon y entre los dos aprisionaron al enfurecido Hibiki. Después le movió la ropa para dejar al descubierto el estómago donde unas marcas empezaban a hacerse visibles, mostrando una técnica de sellado.

- Parece que es la misma... - Naruto se mostraba preocupado e indignado, pero tras ver la forma del sello parecía que hubiese adquirido una ligera tranquilidad – En ese caso, esto funcionará. Espero que me perdones por esto, hijo. ¡Gogyou Fuuin!

Naruto golpeó el estómago de su hijo con las yemas de sus dedos, y tras ello el chakra que le rodeaba se disipó y Hibiki perdió el conocimiento. Naruto no terminaba de creerse lo que acababa de presenciar, y sabía que tendría que modificar sus siguientes movimientos. Cogió a Hibiki y se lo echó sobre el hombro.

- Lo siento, Kiba. Pero... parece que hay cosas que tengo que investigar. Me llevo a mi hijo. Kenta, nos vamos.
- No te lo permitiré...
- No te esfuerces. Con todo el chakra que has gastado y lo dañado que estás, es imposible que puedas escapar de la prisión de agua a tiempo... - su frase se cortó cuando vio una gran shuriken cortó por la mitad a su clon de agua deshaciendo la prisión de agua
- Ahora... maestro... - Yui había sido la responsable del ataque, pero su cuerpo no podía más
- ¡Ahora verás! ¡Garou...! - sin siquiera darle tiempo a terminar de nombrar la técnica, Kenta le golpeó fuertemente con la parte plana de su espada lanzándolo lejos y haciéndolo perder el conocimiento.
- Maestro... - Len y Yui intentaban que les respondiese
- Tranquilos, chicos. Solo está inconsciente, no tengo intención de matar a nadie. Pero no despertará en un buen rato. Je je.

Tras eso Kenta y Naruto desaparecieron entre los árboles, dejando atrás al derrotado grupo de Kiba, y llevándose con ellos al inconsciente Hibiki.

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Tras un rato, los dos clones de agua de Kenta que aun mantenían prisioneros a los perros de Kiba, se convirtieron en charcos de agua, dejándolos libres. Y Kiba empezó a recuperar la consciencia. Habían perdido la batalla.

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Ya lejos de allí, Naruto y Kenta seguían moviéndose dejando atrás la villa de Konoha.

- Nunca me habías dicho que tu hijo tenía los mismos poderes que tú, Naruto.
- Eso es, porque yo tampoco lo sabía.
- ¿Qué?
- Es la verdad. Pero ahora que lo se, tengo que descubrir quién es el responsable de ello.

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 8

La hojas de los árboles eran agitadas por el suave viento mientras los oponentes se miraban.

- Me alegra que hayáis detectado. Kiba, Akamaru.
- Pues tu alegría se termina aquí – Kiba se colocó en posición de ataque junto a Akamaru -. No te dejaré dar un paso más. Además, estoy seguro de que con lo cerca que estamos de la villa, a poco ruido que hagamos se den cuenta de lo que pasa.
- Pensé que ya te lo había dejado claro la otra vez.
- Lo siento Naruto. Pero no puedo confiar en la palabra de un traidor tan fácilmente.
- Comprendo – Naruto se apartó la capucha y se quitó la capa que le cubría -. Si lo que quieres es luchar, lucharé.
- ¿También me mantengo al margen esta vez? - advirtió Kenta
- Por ahora, preferiría que te encargases de vigilar por si se acerca alguien.

Naruto se lanzó contra Kiba con los brazos extendidos hacia atrás. Kiba apoyó todas sus extremidades en el suelo para después ejecutar un Gatsuuga junto con Akamaru, rodeando a Naruto entre los dos. Sin embargo, tras Naruto surgieron dos clones que se colocaron a cada lado protegiéndole y reteniendo temporalmente a los atacantes, mientras se preparaba para el contraataque. Tras unos instantes los clones fueron vencidos por la técnica de los Inuzuka y se dirigieron hacia el original que se defendió usando el Fuuton Kaiten. El choque hizo que las técnicas se anulasen entre sí y los tres adversarios salieron disparados unos metros.

- Si esa es la situación – Kiba se tragó una píldora y le pasó otra a Akamaru -, tendré que ponerme realmente serio.
- ¿Píldoras soldado? - Kiba transformó su cuerpo con el Juujin Bunshin, mientras que Akamaru solo cambió de pelo su pelaje. - ¿Solo te transformas tú? Pensaba que Akamaru también lo haría.
- Verás que lucha mucho mejor así que con la transformación del Juujin Bunshin.
- ¡Kage Bunshin no Jutsu! – al grito de Naruto, decenas de clones cubrieron la zona.
- ¡Gatsuuga!

Kiba y Akamaru atravesaron como sendos tornados a todos los clones que se encontraban a su paso. Ahora que Naruto había realizado la multiplicación, les resultaba imposible encontrar al verdadero sin llevarse primero a todos los clones, pero eso no resultaba un problema para Kiba. Una vez que los clones fueron eliminados solo quedaba el original que estaba un poco más apartado que el resto. Kiba y Akamaru se unieron para caer sobre él, pero Naruto se cubrió con un nuevo grupo de clones, desviando el ataque hasta el suelo que fue perforado por la técnica de Kiba. Kiba y Akamaru surgieron del suelo a pocos metros de su objetivo y, todavía con la técnica, corrieron hacia él, hasta que algo detuvo su avance y cayeron al suelo. Algo les aprisionaba las extremidades y el cuerpo. Cuando lo observaron con más detenimiento pudieron ver un buen número de hilos metálicos que se habían atado sobre ellos, reteniéndolos.

- Lo siento, Kiba – dijo Naruto mientras caminaba hacia ellos -. Como verás he añadido algo de variedad en mi estilo de lucha. Y ahora te quitaré esta técnica igual que hice la primera vez, de un puñetazo – dijo Naruto recordando su pelea contra Kiba durante el examen de chuunin.

Rápidamente Naruto corrió hacia Kiba golpeándole en el estómago con la esperanza de que el impacto deshiciese la técnica de Kiba, y lo hizo, pero lo que encontró fue algo inesperado. Un segundo perro apareció en el lugar de Kiba.

- ¡¿Qué?! - mientras Naruto se sorprendía, el verdadero Kiba surgía tras él desde debajo del suelo con un nuevo Gatsuuga
- ¡Cómete esto! - gritó Kiba al tiempo que lo golpeaba con su técnica

El poderoso impacto lanzó a Naruto varios metros, y le dejó parte de la ropa desgarrada, estaba claro que no pudo protegerse a tiempo. Pero aun no estaba vencido.

- Un segundo perro... - dijo Naruto -. Pensé que lo habrías usado para avisar a la villa.
- Ya te dije que bastaría con nuestro ruido para atraerlos. Y ahora que lo has visto, ya puedo usar mi técnica más poderosa.

Kiba dio de nuevo una píldora a cada uno de sus perros, y otra para él. Tras eso se colocaron juntos y al grito de “Inuzuka Ryuu Chinjuu Konbi Henge: Soutou Rou” una gran nube de humo los cubrió. Antes de que se disipase, Naruto sacó un pergamino y tras colocar la mano sobre el mismo, un clon en posición de concentración apareció a su lado, para después desvanecerse. Cuando el humo que cubría al equipo de Kiba se disipó un gigantesco perro de tres cabezas se mostró en su lugar.

- ¡¡Garouga!!

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Los tres genin corrieron hacia la zona de la pelea, pero a causa de lo nerviosos que estaban con la cercana pelea no se dieron cuenta del peligro hasta que lo tuvieron encima, o mejor dicho, debajo; ya que una gran espada tajó el tronco de los árboles sobre los que se encontraban. Con rápidos reflejos los jóvenes ninjas saltaron a una posición segura y observaron el área en busca de su atacante.

- Lo siento chavales – dijo un desconocido -. Pero no puedo dejaros continuar así como así. Esta zona es muy peligrosa para vosotros.
- Una gran espada, ojos negros, cabello oscuro y revuelto, y dientes de tiburón – Yui describió al oponente en voz alta -. Coincide con las descripciones de los aldeanos del otro día, debe de ser el compañero de Naruto.
- Vaya – se sorprendió Kenta -, no me esperaba que lo supieseis. Pero eso no cambia la situación, será mejor que volváis por donde habéis venido.
- Y también pretenderás que mantengamos la boca cerrada ¿no? - ironizó Hibiki
- La verdad es que eso no me importa demasiado, estoy seguro de que todo habrá acabado antes de que nadie llegase.
- Esta bien – aceptó Len -, nos marcharemos.
- ¡Pero de qué hablas! ¡No podemos...! - Hibiki fue detenido por Len
- Callate – susurró Len -. Si luchamos contra este tío perderemos mucho tiempo, así que daremos un pequeño rodeo.
- De acuerdo – asintió Hibiki. Y los tres volvieron sobre sus pasos hasta perder de vista al enemigo.
- Estos chicos – pensó Kenta -, ¿realmente piensan que me lo he tragado?

Los tres genin se alejaron un poco más y después tomaron otra ruta para avanzar, pero de nuevo, Kenta les paró los pies.

- Está visto que sois muy tercos. En este caso es inútil que os pida que volváis, así que tendré que usar la fuerza. Y no os va a gustar.
- No nos subestimes – dijeron los tres genin

Kenta cargó contra ellos con su espada. Sin embargo, los tres esquivaron la espada que rebanó un árbol. Hibiki se subió a la parte plana de la hoja de la espada y sobre ella corrió hacia Kenta para golpearle en la cara. Kenta la inclinó para hacerle caer, pero al ver que estaba usando su chakra para mantenerse unido a ella por los pies, decidió golpear hacia el suelo, momento en el cual Hibiki tubo que saltar de su posición para volver a tierra. Ya que fue un movimiento imprevisto, Hibiki dejó la defensa abierta y Kenta aprovechó para apartarle de una patada, y después cambió de objetivo dirigiéndose hacia Yui que le atacaba con una vara de hierro. Las dos armas chocaron entre sí, pero la fuerza de Kenta era muy superior y obligó a la pequeña kunoichi a soltar su arma al tiempo que caía al suelo. Con velocidad, Len corría hacia Kenta, pero este le golpeó con la parte plana de la espada apartándole.

- Ya está bien – se cansó Kenta -. Me gustaría seguir jugando, pero no tengo tiempo.

Kenta se puso la espada a la espalda y se dispuso a ejecutar un jutsu, pero en el momento justo en que sus manos iban a formar el sello, su cuerpo se detuvo contra su voluntad.

- ¿Qué demonios?
- Kage Mane no Jutsu – sonrió Len -. Ahora estás bajo mi control.
- Bien hecho Len.
- No te quedes ahí parado Hibiki. Si he hecho esto es para que vosotros podáis seguir y ayudar al maestro a luchar contra tu padre.
- (¿Padre? - pensó Kenta – Por eso se le parecía tanto. Eso cambia las cosas.)
- Pero no te sobreesfuerces.
- Tranquilos, ni siquiera hará falta que le dejéis aquí – dijo Kenta -. Será divertido ver el reencuentro.
- De que demonios hablas – el enfado de Hibiki no sirvió de nada, pues Kenta se convirtió en un charco de agua frente a sus ojos.
- ¿Un clon de agua? - se sorprendió Yui – Solo era un clon de agua y apenas pudimos hacer nada...
- No te preocupes, Yui. Vamos a dar apoyo al maestro Kiba, junto con nuestras técnicas es seguro que le ayudaremos a vencer – la animó Len.

Hibiki concentró su mirada hacia la zona de batalla, y así pudo observar la gigantesca transformación de su maestro.

- Es impresionante... el maestro se ha convertido en un gigantesco perro.
- Debe de ser una de las técnicas ocultas del clan Inuzuka. Que suerte tienes de poder verla.
- No pienso dejar que Hibiki sea el único que pueda ver las técnicas del maestro. Si nos damos prisa seguro que nosotros también podemos verlas.

Hibiki anuló el Byakugan para guardar energías y junto con Len y Yui siguieron avanzando.

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En otro punto del bosque el verdadero Kenta se detiene al notar que uno de sus clones ha desaparecido, recibiendo así la información que obtuvo dicho clon.

- Siendo así, tendré que volver con Naruto – Kenta se giró -. Será mejor que le avise.

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El enorme tornado, en que se habían convertido Kiba y sus perros, cruzó la zona de batalla hacia Naruto provocando un gran estruendo que pudo oírse a gran distancia. La forma de la técnica hacía que todo el suelo bajo ellos se deformase, pero para sorpresa de Kiba su ataque empezó a detener su avance poco a poco, hasta que ya no lograba moverse ni un palmo más. Frente a ellos, Naruto detenía su poderoso tornado con sus manos únicamente protegidas con una técnica de viento que giraba en sentido contrario al tornado de Kiba. El enorme perro se apartó de Naruto, situándose a una distancia prudencial.

- Es imposible... es... es la primera vez que detienen mi ataque con las manos desnudas... - ladró el gran perro
- Si tú te pones serio... yo también tengo que ponerme serio, Kiba – Naruto abrió sus ojos y le miró
- ¡Esos ojos! - la mirada del enorme perro mostraba su sorpresa - ¡El modo ermitaño!

Naruto se pone serio.

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 7

La misión duró tres días pero resultó excesivamente tranquila a pesar de haber sido clasificada en nivel C. Por mucho que se hubiese pensado que podrían recibir un ataque para robarles el objeto, nunca se encontraron con nadie. Y eso hizo que Hibiki estuviese deprimido, y por contra, Len estaba contento, porque le gustaba que las misiones fuesen tranquilas, y pese a que le encantaba cabrear a Hibiki y pelear con él, detestaba la preocupación que resultaba de tener que jugarse la vida en una batalla. En eso era como su padre, porque quería evitar todo lo que fuese problemático, a excepción de molestar a Hibiki. Yui, por su parte, estaba más preocupada por saber que ocurriría si Hibiki se reencontrase con su padre, pero tras llegar a la villa pronto se olvidó de eso cuando un hombre les hizo pararse.

- ¿Inuzuka Kiba?
- Sí.
- Tú y tu equipo debéis acudir de inmediato ante el Consejo.
- ¿Se puede saber la razón?
- Lo desconozco, pero mis órdenes son llevaros.

Tras el asesinato del señor feudal y la huida del Hokage, el Consejo Ninja se convirtió en la máxima autoridad en la villa, siempre bajo el estricto control del propio señor feudal del país del Fuego. Ellos eran quienes tomaban las decisiones acerca de a quien correspondía realizar las misiones de rango A y S, y por ello resultaba muy raro que se reuniesen con un grupo genin como el lideraba Kiba. Las reuniones del Consejo se celebraban en una gran sala del edificio que durante décadas fue la residencia de los Hokages. Allí y bajo la atenta mirada de sus miembros, el equipo de Kiba se sentó.

- Inuzuka Kiba, Nara Len, Asano Yui y Hyuga Hibiki. Se les ha ordenado acudir para aclarar cierto incidente.
- Según lo que escribió en el informe de la misión, señor Inuzuka. - continuó otro – Tras librarse de los bandidos que debían capturar para cumplir con la misión, decidieron perseguir a un desconocido.
- Así es. Pero le perdimos la pista.
- En toda la villa es conocida la gran habilidad de rastreo del clan Inuzuka, y especialmente la suya, Kiba. ¿Pretende que nos creamos que el desconocido huyo tan fácilmente? - los tres genin miraron a su maestro intrigados por saber lo que respondería
- Me alaga su valoración sobre mi, pero incluso mi olfato puede ser burlado con la suficiente habilidad.
- Tomando eso como cierto... - el consejero se inclinó hacia delante mirando a Kiba de forma directa – entonces no sabe nada acerca de un grupo ANBU que abandonó la villa la misma noche que comenzaron su última misión ¿verdad?
- Si como ha dicho ya habíamos empezado la misión, entonces ya estábamos cerca de nuestro destino. No puedo saber lo que hace un grupo de ANBU que abandonase la villa a esas horas estando tan lejos.
- Tiene razón... es difícil que pueda saber nada sobre eso. Consideraremos entonces que no tiene nada que ver con ellos. Pero ellos se niegan a dar ninguna información acerca de que hacían fuera de la villa y contra quien se enfrentaron. Agradeceríamos cualquier información que pudieses darnos.
- Lo siento pero no se nada, al fin y al cabo acabamos de llegar. Y si no tienen nada más que decir, nosotros nos...
- No tan deprisa – el que interrumpió la discusión era un hombre joven que acababa de entrar en la sala y que en su cintura portaba el símbolo del fuego -. He hecho unas investigaciones y he podido saber que a esos ANBU les derrotó una persona en concreto. Por eso, y por la seguridad de su grupo, a partir de ahora se limitarán a realizar misiones dentro de las proximidades de la villa.
- De acuerdo – Kiba prefería no negarse para evitar que sus alumnos escuchasen el nombre del que derrotó a los ANBU
- ¡Me niego! - las palabras de Hibiki resonaron en toda la sala
- Hibiki, compórtate.
- ¡No! ¿¡Quién fue el que derrotó a esos ANBU!? ¿¡Quién pudo ser, como para que tengan que mantenernos bajo control!? O mejor, ¡para controlarme a mi!
- Ju – una leve risa salió de la boca del consejero -. Fue Uzumaki Naruto. - Hibiki esperaba esa respuesta, pero aún así se quedó sin saber que decir - Ahora que ya lo sabéis, limitaos a seguir nuestras órdenes y manteneos siempre en las proximidades de la villa.

El grupo abandonó el edificio en silencio. Kiba decidió llevarles a cenar para intentar cambiar de tema, y quitarle hierro al asunto. Pero sus intentos fueron en vano. Los tres genin estaban molestos por como les habían tratado.

- Ese hombre – comenzó Len -, era uno de los Doce Protectores ¿verdad?
- Sí. También pertenece a ellos, al igual que tu padre. Pero el que habéis visto es uno de los más cercanos al actual feudal.
- ¿Por qué nos lo ocultaste?
- ¿De qué hablas, Hibiki?
- No se haga el tonto, maestro. Leí lo que ponía en la nota y... – Kiba le tapó la boca y empezó a olfatear el aire - ¿pero qué hace?
- Asegurarme de que no nos están espiando.
- ¿Qué?
- Si has leído la nota y has descubierto lo que ponía, entonces es mejor que nadie más lo sepa.
- Entonces, ¿por qué nos lo ocultaste?
- No quería que ponerte en peligro. Si tu padre te hubiese visto podría haber intentado llevarte con él.
- ¿Y por qué nos mantienen en la villa? ¿Acaso piensan que así voy a estar más seguro?
- Ojala fuese eso, Hibiki. Pero si te soy sincero, creo que esperan usarte como cebo para atraer a tu padre y capturarle.
- Pero... ¡eso no tiene sentido!
- Puede que para ti no, pero ellos lo ven de otra forma.

Kiba siguió hablando un buen rato con sus alumnos, hasta que cada uno se fue a su casa a dormir.

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Después de que el grupo de Kiba abandonase la sala del consejo, sus miembros siguieron hablando.

- El chico es demasiado escandaloso.
- Es posible, pero nos vendrá bien como cebo. La captura de Naruto es nuestra prioridad.
- Recordad las órdenes del señor feudal – dijo el miembro de los Doce Protectores -. Necesitamos a Naruto vivo.
- Tranquilo – continuó un anciano -, a nosotros tampoco nos hace gracia perder al Kyubi. Haremos lo que sea necesario para recuperarlo.

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Al día siguiente, Kiba había quedado con su equipo para entrenar en el bosque, dentro de las murallas de la villa. Hibiki no pudo dormir mucho y estuvo entrenando un buen rato con Neji. El jounin seguía siendo un rival imposible para él, y por mucho que lo intentase era incapaz de acertarle un solo golpe. Sin embargo, y a pesar de su diferencia de nivel, Neji le enseño varias técnicas del clan, que a su edad él ya controlaba. Hibiki las realizaba con bastante habilidad, pero Neji le advertía que sus golpes deberían ser más rápidos si quería acertar en los puntos de chakra con precisión. Al cabo de un rato, Hibiki abandonó la casa y se dirigió a la zona de entrenamiento. A rápidos pasos, Hibiki atravesó la villa hasta el bosque y entonces escuchó a alguien entrenando. Por curiosidad, se acercó. Era Misao, estaba sola entrenando el lanzamiento de shurikens.

- Qué guapa es – pensó Hibiki -, su pelo negro, su forma de moverse, su voz, sus ojos rojos... ¿eh? - Hibiki se restregó las manos por su ojos para aclararse la vista y después volvió a mirar – Habrán sido imaginaciones mias – la última frase la soltó en voz alta.
- ¡Tú! – dijo Misao al oirle -... Te llamabas Hibiki ¿verdad?
- No... digo sí... quiero decir que no te estaba espiando ni nada parecido. Solo iba a entrenar. - aunque el otro día fue más decidido, Hibiki no quería que Misao le atizase un nuevo puñetazo
- La verdad... la verdad es que no me importa que mires – Misao giró su cabeza con la cara colorada.
- ¿En... en serio? Yo... bueno... - Hibiki miró para otro lado para que no le viese que estaba colorado
- ¡Hibiki! - el grito de Kiba sonó cerca - ¡Se que estás cerca! ¡Ven a entrenar de una vez!
- Parece que te llaman...
- Sí... bueno... hasta luego, Misao – y Hibiki marchó rápidamente al encuentro de su grupo.

Durante toda la mañana el grupo de Kiba entrenó duramente, y al mediodía Kiba les dijo que tendrían una misión por la tarde. Era muy sencilla, casi podría decirse que demasiado pues se basaba en la búsqueda de una mascota perdida. Un perro que se había escapado y que muy posiblemente estuviese perdido en el bosque. Hibiki estaba cabreado porque con la decisión del Consejo solo podrían realizar misiones del rango más bajo, ya que las de rango C solían requerir abandonar la villa. Tras comer el grupo volvió a reunirse y una vez que estuvieron en el bosque comenzaron la búsqueda. Kiba decidió dejarles todo el trabajo a sus alumnos para que por lo menos pudiesen utilizarlo como entrenamiento. Además Kiba sabía que el riesgo era mínimo porque había detectado a al menos dos ANBU vigilándoles. ¿Realmente pensaban que Naruto intentaría recuperar a su hijo, o había algo más que él desconocía? Decidió que era inútil sacar conclusiones. Yui encontró el rastro del perro y fue entonces cuando Hibiki usó su Byakuran. El perro estaba cerca, y sería muy sencillo capturarle. Hibiki les dio las indicaciones a Len y a Yui, mientras el continuaba vigilando. Yui se acercó por el lado derecho del perro pero este la esquivó y escapó, o eso pensaba, porque había caído directamente en la trampa, ya que en esa dirección estaba Len que lo capturó con su sombra.

- Misión completada – Len estaba satisfecho.
- Bien hecho, chicos. Ahora llevaremos al pequeño a la villa y...

Antes de poder terminar la frase, Kiba detectó algo. A los dos ANBU que les seguían les había pasado algo, Kiba utilizó de inmediato su olfato y fue entonces cuando se dio cuenta de que el plan del Consejo parecía que había funcionado. Naruto estaba cerca. Kiba se inventó una mentira para que sus alumnos volviesen a la villa sin él.

- ¿Qué pasa maestro?
- Nada, es solo que estoy cansado de que esos ANBU nos sigan. Id volviendo a la villa. Yo voy a hablar con ellos – la mentira era demasiado forzada como para que todos sus alumnos picasen, pero...
- De acuerdo, nos iremos adelantando – dijo Hibiki

Los tres empezaron a moverse hacia la villa con el perro, mientras Kiba y Akamaru avanzaban hacia Naruto. Cuando Kiba estuvo lo suficientemente apartado, Hibiki se detuvo.

- Ya pensaba que te habías creido lo de Kiba – dijo Len.
- No. Pero si quiero acercarme, tengo que hacerlo sin que sospeche.
- Pero te detectará con el olfato.
- No necesariamente – Hibiki sonrió -. El viento viene hacia nosotros así que nuestro olor no le llegará tan fácilmente, y seguro que estará tan preocupado por el combate que no se molestará en intentar detectar nuestro olor.
- ¿Y qué pasa con los ANBU que nos seguían? - se preguntó Yui
- No había ningún ANBU era una mentira.
- No es cierto, Len. Si que había dos ANBU siguiéndonos, pero desde hace un rato dejé de detectarles. Seguro que mi padre es el que se ha librado de ellos. - Hibiki apretó los dientes al recordar a su padre
- ¿Y tú les podías detectar?
- Puede que tus ridículas sombras no puedan, pero a estos ojos no se les escapa nada – Hibiki se señaló sus ojos blancos.
- Es posible, pero gracias a mi técnica te he salvado el pellejo en más de una ocasión.
- Ya basta chicos, no empecéis.
- Bueno. Llevad al perro a la villa mientras yo...
- De eso nada – interrumpió Yui -, nosotros te acompañamos. Al fin y al cabo somos un equipo.
- Pero...
- Yui tiene razón. Puede que no me guste complicarme la vida con peleas peligrosas, pero aunque me cabrees, eres nuestro compañero – Len le dio un suave puñetazo en el hombro a modo de complicidad.
- Gracias, chicos. Pero... ¿qué hacemos con el perro?
- No creo que pase nada por dejarlo un rato por aquí. Luego le volvemos a buscar y asunto solucionado.
- Eso nos traerá muchos problemas con el maestro – se lamentó Len -. Pero no nos queda otra.

Los tres genin se lanzaron hacia su objetivo en contra de toda orden y lógica.