jueves, 10 de diciembre de 2009

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 4

El pueblo quedaba a unos cuantos kilómetros de la guarida de los bandidos, una distancia que los ninjas podrían recorrer rápidamente, pero no así su nueva compañera de viaje, la joven que había estado secuestrada por la banda de delincuentes. Además, ahora que otros ninjas habían acudido para llevarse a los bandidos detenidos, el grupo de Kiba podía dar la misión por concluida y optaron por acompañar todos a la joven hasta su pueblo. Yui la daba conversación y gracias a ella la chica se fue tranquilizando, aunque ahora que estaba a salvo se comenzaba a preocupar por sus padres y amigos que aún pensaban que estaba secuestrada. Tras un par de horas andando llegaron al pueblo de la chica. Los aldeanos estaban recelosos de los viajeros, pero al ver que la chica secuestrada ya estaba libre se tranquilizaron y les agradecieron su ayuda.

- Muchas gracias por rescatar a mi hija – dijo un hombre de unos 40 años -. Estábamos muy preocupados por ella. Pero... ¿qué ha sido de los bandidos?
- Ya no tiene que preocuparse por eso, todos han sido detenidos, y no volverán a molestarles.
- Me alegro... aunque si habéis sido vosotros... eso significa que el tipo del otro día era un timador...
- ¿El tipo del otro día? - preguntó Yui
- Sí. Cuando supimos del secuestro intentamos reunir un rescate pero ese mismo día un hombre llegó a la aldea y nos ofreció su ayuda por mucho menos. Aunque... como ya he dicho, ha resultado ser un farsante...
- ¿Cómo era?
- Llevaba una gran capa y una capucha le tapaba la cabeza, además iba con otro tipo, pero ese no parecía tener intención de ayudarle...
- Entonces, su inversión no fue en vano... La verdad es que cuando llegamos, la mayoría de los bandidos habían sido derrotados y la joven nos dio una descripción de su rescatador que coincide con la suya – aunque Kiba pensaba que la descripción era muy vaga, sería raro que fuese una coincidencia.
- ¡Qué! Esa es una buena noticia... Ahora, me arrepiento de haberlo llamado farsante.
- Pero, por casualidad, no recuerda más datos sobre esa persona y su acompañante.
- La verdad es que no mucho... La capucha le cubría bastante, pero tenía una mirada amable. Su compañero por el contrario parecía más peligroso. Sus dientes eran puntiagudos como los de un tiburón, pero a parte de eso no recuerdo más. Aunque puede que alguien del pueblo se acuerde de otra cosa. ¿Por qué tiene tanto interés?
- Quisiera agradecerle lo que hizo. Nada más.

Los aldeanos les ofrecieron cobijo y comida durante el día; día que los ninjas aprovecharon para obtener más información acerca del misterioso “héroe”. Kiba seguía preocupado por la sensación que sintió cuando el último bandido apareció atado de pies y manos, era una sensación que le resultaba conocida pero era incapaz de recordar a qué; ni siquiera su olor, que memorizó tanto como pudo, le daba la solución. Sin embargo, tanto él como Akamaru buscaron su olor por todo el pueblo, pero lo único que pudieron asegurar era que ya no estaba allí. Hibiki había buscado cualquier pista usando su Byakuran, pero tampoco consiguió ningún resultado y lo mismo le pasó a Len tras preguntar a bastantes personas. Yui fue la única que consiguió concretar algo más la descripción del acompañante del hombre misterioso. Según la información que pudo obtener, ese hombre llevaba una espada a su espalda, sus ojos eran negros, su cabello era de color oscuro y muy revuelto, y había comprado un poco de ropa usada antes de irse, pero lo principal fue que pudieron distinguir una especie de bandana ninja semioculta en su ropa, aunque el símbolo seguía siendo un misterio. Kiba estaba decepcionado, ya que con tan solo esa información poco o nada podían hacer así que decidió que debían volver a la guarida de los bandidos y desde allí, el buscaría el rastro con más facilidad.


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Tras comprar algo de comida para la búsqueda, los ninjas volvieron a la cueva de los bandidos. Aunque los otros ninjas ya se habían llevado a los bandidos, la mayor parte de las mercancías robadas continuaban allí, y todavía tardaría hasta que los ninjas encargados las separasen para devolvérselas a sus respectivos dueños, pero eso no era problema de Kiba en esos momentos, tenían que buscar a su nuevo objetivo y descubrir de quien se trataba. Kiba y Akamaru olfatearon por toda la cueva y sus alrededores, el olor que buscaban estaba por todas partes, pero lo difícil era saber por donde se fue, sobretodo teniendo en cuenta que supuestamente había usado un Kage Bunshin o alguna técnica similar. Akamaru finalmente dio con el rastro y comenzaron a seguirlo. Este se alejaba de la cueva en dirección sureste, hasta que llegaron a un camino y desde allí parecía que el rastro continuaba la senda sin salirse de ella. Durante varios kilómetros, continuaron por el camino, hasta que el olor cambió ligeramente. Para otros rastreadores habría significado el fin de la búsqueda, pero Kiba pudo notar que el nuevo olor seguía perteneciendo a la misma persona, aunque ahora empezaba a pensar en la posibilidad de que estuviese intentando despistarles. Nuevamente, el rastro volvía a introducirse por el denso bosque. Según avanzaban y se iban adentrando más y más en el bosque, este se volvía más denso y lleno de olores, a Kiba le recordaba al bosque de la Muerte donde se celebraba parte del examen de chunin, pero ya no tenía dudas de que su objetivo intentaba despistarles y sabía muy bien el sistema que usaban para rastrear, al menos, el sistema que usaba Kiba, para rastrear. El jounin se giró hacia sus alumnos.

- Mi olfato no será muy útil por aquí, sobretodo si tenemos en cuenta que sabe que lo estamos buscando por el olor.
- ¿Entonces nos tenemos que ir así sin más?
- No necesariamente... - mirando a Hibiki – tenemos otros sistemas para las misiones de reconocimiento y búsqueda ¿no?
- Por supuesto, déjemelo a mí maestro. ¡Byakuran!

Las venas se marcaron por ambos lados de la cara de Hibiki, y su vista empezó a analizar todo el terreno. Pudo ver varios pájaros moverse por el bosque, los ciervos, hasta conejos y zorros, pero seguía sin ver el rastro hasta que al final dio con unas pisadas. No eran muy profundas y casi estaban borradas, pero eran recientes. Hibiki canceló su técnica y guió a sus compañeros rápidamente hacia su descubrimiento. Al llegar, Kiba volvió a analizar el aire, el olor estaba allí, pero había vuelto a cambiar. De nuevo intentaban darles esquinazo, pero no se dieron por vencidos y siguieron su avance. El bosque seguía siendo muy denso y el olor muy difícil de diferenciar entre todas las plantas y animales de exóticos olores, incluso había unas sanguijuelas de una especie similar a las de que usaron como trampa en el bosque de la Muerte, lo que le trajo a Kiba recuerdos de su primer examen a chunin.

- ¿Qué pasa maestro Kiba? - preguntó Yui – Parece contento.
- Es solo que esas sanguijuelas me han traído buenos recuerdos – dijo señalándolas
- ¿Buenos recuerdos? Pues a mi me parecen asquerosas
- Lo mismo digo - la secundó Len.
- ¡Lo sabía! - gritó Hibiki - En el fondo no eres más que un gallina, Len.
- Entonces por qué no coges una, señor Hyuga.
- No necesitas decirlo dos veces, a mi no me dan miedo – dijo al tiempo que cogía una.

Kiba no pudo reaccionar a tiempo y la sanguijuela clavó su boca en la mano de Hibiki cuando la agarró. Hibiki noto una repulsiva sensación cuando la sangre comenzó a abandonar su cuerpo para ir con el invertebrado, pero Kiba se lo quitó antes de que le sacara más.

- ¡Maldita sea! ¡Quedaos quietos por un momento! ¡No podéis poneros a jugar con estos animales o podríais salir muy mal parados! Pero lo peor será que si volvéis a cabrearme de nuevo... tendré que tomar medidas drásticas – su mirada se cruzó con la de su alumnos, sobretodo con Len y Hibiki que entendieron que era mejor no cabrearle más.
- De acuerdo – asintieron a la vez.

Por suerte, esa variante de sanguijuela no era venenosa, ni tan siquiera tuvo que lamentar marcas en su brazo de la mordida, porque aparentemente no parecía que las hubiese clavado demasiado. Tras el incidente continuaron su búsqueda donde la dejaron. El rastro les llevó hasta la ladera de una montaña y de nuevo otra vez al bosque. Así siguieron un buen rato, hasta que Kiba finalmente dio con un último cambio en el olor, pero esta vez era mucho más reciente. Estaban ganándole terreno.

Durante otro buen rato, el grupo avanzó a través del denso bosque hasta que Kiba les ordenó detenerse. Hasta hacía poco la cara de Kiba estaba llena de euforia, por la ventaja que estaban sacando a su objetivo, pero ahora... su cara se había vuelto diferente, era como si estuviese enfadado, pero al mirar a sus alumnos parecía que se transformase en preocupación. Avanzaron un poco más y de nuevo Kiba se paró.

- Vosotros esperadme aquí – la frase sorprendió a sus alumnos.
- ¿De qué hablas? Si ya sabes donde está, iremos contigo.
- Es cierto, no veo porque debemos quedarnos parados aquí – secundó Yui
- Por una vez, estoy de acuerdo con Len.
- Os quedaréis aquí y no hay más que hablar.
- ¡No! ¡Te acompañaremos! Será más fácil si somos más y...
- ¡He dicho que no! ¡Solo me estorbaríais! - los alumnos parecieron dolidos por esas palabras – Creo que ya se de quien se trata, y si estoy en lo cierto tendré que darlo todo, y será más fácil si solo estamos Akamaru y yo.
- Pero...
- Nada de peros – Kiba se dio la vuelta, pero antes de avanzar les dio una última orden -. Si no he vuelto en una hora... volved todos a la villa y entregad esto – Kiba cogió un pergamino y tras escribir algo lo cerro y se lo entregó a Yui.

Los chicos estaban muy preocupados pero no podían desobedecer la orden de Kiba. Los chicos esperaron unos minutos y al no ver ni oír nada empezaron a preocuparse.

- Ya estoy harto – se quejó Hibiki -. Necesito saber de quien se trata.
- Pero el maestro se puso muy serio, estoy segura de que si nos dio esa orden es porque era lo mejor, así que será mejor no desobedecer.
- Aquí nadie ha dicho nada sobre incumplir la orden, solo quiero saber de quien se trata.
- Pero no podrás saberlo si te quedas aquí.
- ¡Ja ja ja ja ja! ¿Eso crees Len...? Piensa un poco, si el maestro quiere que entreguemos ese papel, entonces ahí tiene que estar la información que necesitamos. Y yo tengo la forma de hacerlo sin necesidad de abrirlo. ¡Byakuran! - Hibiki echó un vistazo al documento
- ¿Y bien? - le apremió Len cuando anuló la técnica
- Debe estar en clave, porque solo hay una serie de números. 012607
- Eso no nos sirve para nada, tendremos que seguir esperando.

Pasaron otros pocos minutos, y al final Kiba volvió montado en Akamaru.

- ¡Maestro! ¿Qué ha pasado?
- Nada, nada... - Kiba estaba pensativo y lo mismo pasaba con Akamaru – Al final, el rastro desaparecía. Intenté localizarlo de nuevo, pero fue inútil.
- ¿Y qué hacemos ahora?
- No hay mucho más que hacer... así que nos volveremos a la villa y esperaremos hasta la próxima misión.

Kiba le pidió a Yui que le devolviese el pergamino de antes y el grupo comenzó así su vuelta a Konoha. El viaje fue muy tranquilo, pero los tres genin notaban que su maestro estaba algo raro. ¿Sería cierto que no había encontrado nada?


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Konoha por fin se mostraba de nuevo al grupo, y cada uno se fue a su casa para descansar. Sin embargo, Kiba tenía que ir a informar del resultado de la misión, y justo después de contar lo sucedido se dirigió a otra sala para hablar con un pequeño grupo de jounin.

- Le he encontrado.

La frase de Kiba los sorprendió.

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