jueves, 10 de diciembre de 2009

[FanFic de Naruto] Asesino Suelto - Capítulo 5

El día después de la misión, el grupo volvió a reunirse en para saber si les darían o no una nueva misión. Kiba no había llegado todavía, pero la impaciencia pudo más que ellos y optaron por entrar y esperarle dentro, al fin y al cabo a Kiba no le resultaría demasiado complicado buscarles con su olfato. La sala en donde se entregaban las misiones era muy amplia aunque no demasiado alta, y hoy estaba particularmente concurrida, al parecer muchos ninjas habían terminado sus misiones y estaban entregando sus informes, mientras que otros tantos estaban en la misma situación que el grupo al que pertenecía Hibiki. Entre todos los ninjas había algunos a los que Hibiki no había visto nunca, y entre ellos hubo alguien que captó toda su atención.

Parecía tener su misma edad, pero su pelo era oscuro y un poco largo, aunque no demasiado; sus ojos eran verdes y vestía con ropa de tonos rojos. Hibiki era incapaz de dejar de mirarla, y tampoco le importaría estar así mucho tiempo.

- ¿Qué te pasa Hibiki? - la pregunta de Len le sacó de sus pensamientos - ¿Qué miras con tanto detenimiento?
- ¡Qué! ¡Nada, nada! ¡No es nada! - la cara de Hibiki se había puesto roja como un tomate
- Conozco esa cara – intervino Yui -, aunque nunca te la había visto a ti. ¿Y quién es?
- ¡No es nadie! ¡Quiero decir, no se de lo qué me estás hablando!
- ¡Aahh! ¡No me digas que es esa chica! - Yui señaló a la chica que estuvo mirando Hibiki antes
- ¿Eh? Si que es guapa, sí. Diría que es demasiado guapa para ti, Hibiki. No tienes ninguna posibilidad.
- ¡No tienes narices de repetir eso!
- Si tanto te molesta... demuestra que me equivoco y pídela salir.
- Pe... pe.... pero... - Hibiki se puso aún más colorado – yo... yo no...
- Lo sabía. Sabes que es imposible. Y además... esto demuestra que eres un... cobarde – Len se lo dijo bien despacio para cabrearle más.
- ¡No! ¡Eso no es así! ¡Y te lo voy a demostrar! - Hibiki avanzó rápidamente hacia la chica, movido por la necesidad de hacer que Len retirase sus palabras
- Eres demasiado cruel, Len.
- ¿Cruel? Solo le he dado un empujoncito. Para una vez que le ayudo...
- Tienes razón. Hibiki nunca se atrevería a decirla nada, a no ser que tu le cabreases para eso, pero... ¿sabes de quien se trata? No la conozco.
- No se su nombre, pero su cara me suena de haberla visto por la academia. Creo que es un año mayor que nosotros.

Hibiki avanzaba hacia su objetivo, mientras su cabeza se llenaba de dudas y preguntas. ¿Qué la diría? ¿Le gustaría a ella? ¿Le rechazaría? Tenía miedo de este tipo de emociones, pero su orgullo le impedía echarse atrás en sus palabras, y más si a quien se lo dijo fue a Len, porque eso lo convertía en un reto que debía superar. Sus manos se movieron más rápido que su mente y las apoyó sobre la chica haciendo que le mirase, y de inmediato las palabras surgieron de su boca.

- ¡Me gustas! ¡Te gustaría salir conmi...!

Antes de que terminase la frase, la chica en un acto-reflejo le atizó un puñetazo de abajo arriba en toda la barbilla. Yui y Len se quedaron de piedra, y lo mismo con los compañeros de la chica desconocida.

- ...goo... - Hibiki terminó la frase tras caer al suelo
- Parece muy agresiva – Len no se esperaba esa reacción de la chica.
- Sí, aunque creo que solo han sido reflejos – dijo Yui -, creo que nunca había visto a nadie con unos reflejos tan temibles.
- ¿Eh? - la chica se sorprendió de sus propias acciones - ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¿Te he hecho daño?
- ¡Ja ja ja ja ja! - rió uno de los compañeros de la chica – Lo siento chico, Misao siempre tiene los reflejos activados, pero no es mala chica. ¡Ja ja ja ja ja!
- No te burles, Tetsu. - se quejó Misao – Vuelve en ti, por favor, de veras que lo siento.
- No... no importa... no ha sido para tanto... - pronuncio Hibiki con algo de dificultad
- ¡Así me gusta Misao! ¡Me encanta tu forma de rechazar a los hombres! ¡Ja ja ja ja ja!
- No digas eso, Miyu. Solo ha sido un accidente.
- Puede ser... pero la culpa es suya por sorprender así a la gente.
- ¡Ja ja ja! Algo de culpa tengo también yo. - intervino Len – Al fin y al cabo yo le piqué para que se lanzase y...
- ¡No! - Hibiki se levantó como un rayo - ¡Ya he llegado hasta aquí y no voy a echarme atrás! Por eso, te vuelvo a pedir ¡qué salgas conmigo!

Un nuevo puñetazo de Misao acertó en el estómago de Hibiki dejándolo K.O. Y los compañeros de ambos se quedaron petrificados.

- Esto... me presentaré... Yo me llamo Len, ella es Yui y... nuestro compañero es Hibiki.
- Bueno... yo soy Tetsu.
- Y yo Miyu.
- Y bueno... nuestra compañera se llama Misao... y tiene muy buenos reflejos.
- No hace falta que lo jures – añadió Len mientras los cuatro miraban a sus dos compañeros
- ¡Lo siento! ¡Lo siento mucho! - Misao se disculpaba ante un derrotado Hibiki
- No... importa... si no es nada... - Hibiki intentaba quitarle importancia al terrible dolor en el estómago y que ahora asaltaba todo su cuerpo.
- ¿Qué pasa aquí?
- Maestro Kiba – respondió Yui -, nos adelantamos y bueno... es un poco largo de explicar.
- Bueno, no me importan los detalles, tenemos algo de prisa. Hoy no tenemos misión, y vamos a aprovechar toda la mañana para entrenar. - Kiba agarró a Hibiki, y Len y Yui les siguieron.
- Misao... me gusta ese nombre... - pensó Hibiki
- Esa chica – pensó Kiba -, ¿no es la hija de Sakura?

Kiba y su grupo abandonaron el edificio y se fueron al bosque a entrenar.

- Me pregunto por qué le atizaste ese segundo golpe, Misao.
- No... no lo se... Cuando me habló sentí la necesidad de pegarle.
- Yo creo que lo que sentiste fue otra cosa... pero no lo querías reconocer.
- No... no se de que me hablas... - Misao se puso colorada
- Chicos ¿pasa algo?
- Maestra. Sí a decir verdad, pasa algo muy interesante, Misao... ¡¡Ay!! - Misao le dio un codazo a Tetsu
- No, no pasa nada maestra, nada de nada.

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Durante todo el resto de la mañana, los alumnos de Kiba entrenaron con él y Akamaru. Búsqueda, lucha, aguante... tanto que al cabo del mismo, los tres estaban destrozados. Intentar ganar a Akamaru en una carrera era imposible, pero tanto Len como Hibiki eran muy cabezotas y no lo dejaron hasta que su cuerpo dijo basta.

- Bien. Por hoy ya es suficiente, y como no tenemos ninguna misión, os dejo la tarde libre.
- Gracias maestro Kiba.
- Pero mañana os quiero ver de nuevo en la sala de misiones, confío en que para entonces si que nos puedan adjudicar alguna.
- De acuerdo - asintieron los tres.

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Ya en la villa, y después de que Kiba y Akamaru los dejasen solos, los tres ninjas se quedaron un rato hablando.

- Je je je. La chica de antes es bastante difícil ¿no crees, Hibiki?
- Misao...
- Tierra llamando a Hibiki, responde – le dijo Len
- Perdón, no os estaba escuchando
- Espero que durante las misiones no te quedes pensando en ella, porque sino vamos listos.
- Cambiando de tema – intervino Yui -, seguimos sin saber la identidad de la persona a la que persiguió el maestro. Y estoy segura de que no nos dijo la verdad cuando nos contó que había escapado antes de que él llegase, seguro que hay algo más.
- Es cierto.
- Pero Yui, ¿cómo lo vamos a descubrir? Solo tenemos un número y solo conocemos los sistemas básicos de codificación de la villa. - advirtió Len
- Dudo mucho que un jounin vaya a utilizar los mismos códigos que nos enseñaron en la academia, incluso tratándose del maestro Kiba, seguro que usaría algún código más complicado.
- Entonces yo revisaré algunos pergaminos de mi casa, por si encuentro algo sobre códigos ninja. Os recomiendo hacer lo mismo, pero no preguntéis a los mayores, o el maestro Kiba podría sospechar. - dijo Len
- Como yo no tengo muchos en casa, tendré que revisar los que hay en la academia. Intentaré colarme en la sala de los archivos de los chuunin. - dijo Yui
- Entonces yo intentaré buscar en los edificios del clan. Al fin y al cabo, guardan muchas cosas de importancia y como soy el primogénito no me dirán nada si me ven por alguna de las salas de estudio.
- ¿Aun seguís con las diferencias de clase?
- No del todo. Ya no se obliga a que lleven ninguna marca maldita en la frente, pero todavía nos tratan con preferencia a los de la rama principal. La verdad es que pienso que es una bobada, pero por una vez le sacaré provecho.
- Está bien, entonces haremos eso, y mañana reuniremos toda la información. Con suerte podremos sacar algo de todo eso.

Así pues, cada uno se fue a su casa a comer y después empezaron la investigación. Len buscó y rebuscó entre los documentos de sus padres, aprovechando que esa tarde estaban en una reunión con otros jounin. Encontró varios documentos donde se hablaba de diversos sistemas de codificación ninja, pero todos los resultados daban soluciones sinsentido alguno. Por su parte, Yui consiguió colarse en las salas de archivos de rango chuunin, pero sin ningún resultado. Y finalmente en el caso de Hibiki la investigación iba por el mismo rumbo. Había revisado numerosos documentos, pero nada que le diese sentido a esa serie de números, y la puerta se abrió tras él.

- ¿Qué haces Hibiki?
- Mama. Esto... estaba intentando buscar alguna técnica guay... - aunque en esa ocasión fuese mentira, era algo que solía hacer, sin éxito
- Está bien, pero no encontrarás nada entre esos papeles – Hinata empezó a recogerlos -. Además, ya va ha ser hora de cenar.
- Vaalee – asintió Hibiki

En ese momento, algunos de los papeles que estaba colocando Hinata se cayeron al suelo.

- Tranquila yo los recojo – se ofreció Hibiki

Rápidamente empezó a apilarles todos, hasta que su mirada se detuvo en uno de ellos.

012607

El mismo número que Kiba había escrito estaba ahí mismo, delante de sus narices. Pero lo que estaba junto a ese número era lo que le sorprendió.

- Hibiki, ¿te pasa algo?
- No. Nada. Toma – Hibiki recogió todos los papeles y se los pasó a su madre -. Me voy un momento a mi habitación, y en nada voy a cenar.
- Este niño... vaya un día más raro que tiene... - Hinata echó un vistazo a los papeles, y su cara se entristeció un poco – Ya veo, así que es por esto que se ha puesto así...

Hibiki entró en su cuarto y cerró la puerta al entrar. Entonces cogió un pequeño papel en donde había escrito el número para cerciorarse de que era el mismo que vio en los papeles. No había duda, ya sabía a lo que se refería la misteriosa cifra. Hibiki se cayó de rodillas y con la cabeza gacha golpeo contra el suelo con su puño.

- ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué de todos, tenías que ser tú? - su cara mostraba su enfado – La próxima vez... no te dejaré huir... lo juro.

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